Javier Villarreal quiere ser parte de la historia de Talleres y de volver a la B Nacional. “Ya logré un ascenso con esta institución y ahora voy por el segundo”, dijo el volante, quien habló de su pase a Belgrano y toda la polémica.

“Si no ascendemos, es un fracaso”, “El tiempo sana heridas”, “Es uno de mis desafíos más importantes”, “Talleres es un grande y algún día debe resurgir”, “Los adversarios somos nosotros mismos”. Son algunas de las tantas frases que soltó el volante Javier Villarreal, hasta el momento el refuerzo de mayor jerarquía, quien vuelve a cumplir su segundo ciclo en barrio Jardín. Con una sapiencia notable, el mediocampista que llegó a ser campeón del mundo con Boca Juniors y hasta disputó un Mundial Sub-20 (Nigeria ’99) forma parte ahora de la escudería de Talleres, para transitar el inhóspito Argentino A. A sus 33 años, viene a jugarse una carta importante y es consciente de todo lo que eso involucra. “Tengo mucho entusiasmo, estoy ilusionado y con ganas de volver a vestir esta camiseta, sólo pensamos en el ascenso, y para eso nos estamos preparando. Es una realidad, acá sino ascendemos es volver a la B Nacional es un fracaso por la magnitud de este club. Es un nuevo desafío que me pone el destino en el camino, y espero ayudar a salir del pozo”, contó Villarreal, el más buscado por los fotógrafos y cámaras de TV en el predio.

- Cuando te fuiste de Talleres, el equipo estaba en Primera División. Hoy la realidad es otra...
- Bueno, es distinta la situación, y eso me causa tristeza. Talleres no merece militar en esta categoría. Ahora tenemos que pelear para levantar al club y volver a la B Nacional cuanto antes. No hay duda que el objetivo es ascender, es la realidad, y otro resultado no sirve.

- En tu carrera jugaste Copas y ahora tenés otro desafío igual o más complicado.
- Es un hermoso y duro desafío a la vez. La presión va a ser la misma que en otros clubes, Talleres necesita resurgir de las cenizas. Creo que es uno de los más importantes exámenes de mi carrera. Ya logré un ascenso con esta institución, ahora voy por el segundo.

- ¿Qué te convenció de volver?
- El hecho de poder cerrar mi carrera en el club que me formó y poder devolver todo lo que me dio. Sería hermoso ayudar y formar parte del equipo que ascendió a la B Nacional en uno de los peores circunstancias de la historia. Yo tengo 33 años y creo que es el momento.

- El Argentino A es un torneo que tiene muchas reglas no muy claras y nada lógico...
- Sin dudas, hay que luchar contra muchas cosas, por lo que tengo entendido. Hay muchas adversidades, pero el principal adversario somos nosotros mismos.

“El tiempo sana heridas”


Javier Villarreal llegó a Talleres con 9 años. Sólo recuerda que un hombre de apellido Garay lo acercó después de sobresalir en Chacarita de Alta Gracia, de Baby Fútbol, donde su padre era entrenador. Ascendió a Primera División en el ’98, en la final inmortal contra Belgrano, para después pasar al club de Alberdi, en un pase que le generó ciertas antipatías del hincha albiazul. “Sé que a muchos le pudo molestar mi pase a Belgrano, pero me tuve que ir casi a la fuerza, porque mi contrato se venció y como mi pase era de Boca Juniors, no se pudo renovar. Pasaron cosas por la cual yo me tuve que ir. Sentí que no estaba preparado para irme de Córdoba. Tenía 20 años, salió la posibilidad de no alejarme de mi familia para quedarme en Belgrano y fui. El tiempo sana heridas, habrá gente que se no se olvida, pero uno a veces comete errores”, expresó.

- ¿Estás arrepentido?
- No de haber ido a Belgrano, pero sí de algunas actitudes que tuve y que quizás no medí las consecuencias. Igual, creo que hice mi aporte en Talleres, porque mi venta le dejó dinero y logré ascender en la final ante Belgrano, que es algo que nunca olvidaré. Algunos estarán contentos con mi regreso, otros no tanto, pero ahora tengo que demostrar mis ganas de defender la camiseta. Yo estoy expectante, con ganas de dar todo y ascender.