El defensor, quien se repone de un desgarro, dice que si se da el ascenso será algo muy importante; y que si no se da, lo asumirá como un fracaso. La “T” conocerá hoy su rival.

La ansiedad es doble para Juan Pablo Rezzónico. En primer lugar, comparte la expectativa lógica con el resto de sus compañeros de Talleres por la proximidad del partido de ida del primer cruce de la fase reválida, cuyo ganador irá a promoción con un equipo de la B Nacional, la única alternativa para un ascenso directo que ya se llevó Douglas Haig.

Y también está ansioso, por terminar de fortalecer su pierna, la que quedó debilitada tras un inoportuno desgarro, razón por la cual el diálogo con Mundo D se hizo en un gimnasio, en el turno extra al entrenamiento con el plantel.

“Las tardes no transcurren en forma apacible. Desde que tuve rotura de ligamentos cruzados incorporé un turno extra para rehabilitar la rodilla completamente y luego ya me quedó por costumbre. En este caso, estoy saliendo de un desgarro, que es una lesión muy traicionera porque te podés resentir. Hay que ser precavido. Quiero estar bien para jugar el cruce”, dijo el capitán albiazul.

“Hay ansiedad. Cuando vimos que era imposible clasificar primeros, cambiamos la mentalidad y apostamos a muerte a este partido. Con optimismo y ganas. Hicimos lo imposible por ascender en forma directa y no se pudo. Pero por suerte el equipo no se planchó, no fue un golpe de nocaut, como pudo haber sido el año pasado. Hay que demostrar el sábado que estamos bien”, agregó Rezzónico.

–¿En qué punto está el equipo?
–Se ha emparejado mucho. Creo que un plantel jugó hasta enero y luego, cambiaron muchos nombres. Ahora creo que estamos mezclados todos y a disposición de Sialle. Todos estamos con ganas de luchar por el puesto. En cuanto al equipo, que esté más sólido es lo mejor que nos puede pasar. Sabemos que estamos en Talleres y tenemos la obligación de ir a buscar los partidos. De ser protagonistas. Acá no se puede ir y esperar a los rivales constantemente en campo propio. Es cierto que uno se arriesga y deja espacios. El tema es minimizar ese riesgo, sin dejar de ser ofensivo.

–Hasta ahora irían con Central Córdoba...
–Hasta ahora nos tocaría. Es un rival con el que nos fue bien, tanto en el undecagonal como en la fase clasificatoria. Pero es un partido difícil, mano a mano, entran otras cosas en juego. También están Crucero, Racing de Nueva Italia, Sportivo Belgrano. Por es que hay que pensar más en lo nuestro y hacerse fuertes en ese sentido. Creo que ningún rival quiere que le toque Talleres. Es distinto en un cruce a una instancia donde se juegan 10 u 11 partidos. Hay que hacer valer eso y utilizar la ventaja deportiva. La gente entró en nuestra dinámica. Le pegó a la gente lo del ascenso directo, pero ahora nos apoyan. Están ilusionados. Que se queden tranquilos que haremos lo imposible para ascender.

–Talleres ascendido o nuevamente en el Argentino A. ¿Cómo analizás esos escenarios?
–Sería tan grande ascender que trato de no pensarlo mucho para no volverme loco. Sería importante tan importante para el club, para el equipo, para estar acorde con su historia. Y si no se da, sería un fracaso. Le firmaría el pase libre al club y le diría: “Bueno no cumplí con el objetivo esperado. Hagan lo que quieran, pero no cumplimos con lo esperado”. Pero eso a nivel individual, personal. Igual, la idea es ascender. Queremos entrar en la historia. De cualquier manera

–¿Fracaso o frustración?
-En lo deportivo e individual sería un fracaso. Para el club la evaluación será distinta porque ha crecido en varios aspectos. Con los pibes que surgieron y se cotizaron.

Ensayo y espera. Hoy comenzará a definirse el equipo que presentará Talleres en el primer cruce de la Cuarta Fase, cuyo rival saldrá hoy. Juan Pablo Rezzónico (superó un desgarro) y Agustín Díaz (cumplió una suspensión) volverían a ser titulares, mientras que el DT Sialle definirá si decide el retorno de Nicolás Trulls (presenta una tendinitis) o mantiene a Luciano Precone.

Carabajal. El pibe inició su rehabilitación por una contractura. Por eso ayer, no participó de la práctica. Hay optimismo en que juegue.