Ganó la T. Aunque sirvió de poco, el 3-0 ante Racing (O) alivió los ánimos en La Boutique.

Después de mirar de afuera cómo las chances se esfumaron. Después de lamentarse por los puntos perdidos, Talleres estaba anémico. Necesitaba algo, una transfusión fuerte que lo reanime un poco a pesar de que el premio mayor del ascenso directo a la B Nacional era inalcanzable.

Y lo consiguió. Con laburo y con la paciencia que los hinchas no le tenían afuera de la cancha, el equipo dirigido por Arnaldo Sialle le ganó bien, 3-0 en La Boutique, a Racing de Olavarría.

Ahora mira con más optimismo la última fecha ante Unión de Mar del Plata ya pensando en quedar lo más arriba posible para los cruces de playoffs.

Y la T salió a buscar esa tranquilidad que da la sangre nueva. Y si de sangre nueva se trata, lo mejor del partido salía de los pies de Gabriel Carabajal. El pibe, que volvía al equipo después de una suspensión, hacía lo que quería cuando jugó en el carril derecho.

Hasta hizo expulsar a Solaberrieta, el relojito del medio visitante que ya se animaba a manejar los hilos de su equipo. Pero la expulsión del volante y la tromba en la que se transformaron los albiazules se vio inoportunamente interrumpida.

El árbitro Boxler paró las acciones cinco minutos y ahí fue donde apareció el carácter del equipo de Sialle. Porque a los jugadores no les afectó nada de lo que pasaba afuera. Esperaron la calma tranquilos y volvieron a meterse en lo suyo.

Y esa tranquilidad es positiva. En otros tiempos, el equipo se hubiera venido abajo pero eso no ocurrió. Las llegadas al arco rival se hicieron más seguidas: A los 33 Strada le abrió las manos a Bucci, el arquero de Racing. Esa jugada fue un aviso para lo que pasó siete minutos después. Sáez dejó solo a Strada que desbordó por izquierda y habilitó a Riaño que se perdió el gol.

Pero estaba Romat que apareció para definir de zurda el rechazo débil de los defensores para poner el 1-0. Después del gol, todo fue de Talleres.

Lo desangró. En el complemento, Racing de Olavarría intentó complicar las cosas. Algunos avances ponían nerviosos a todos por la Boutique. Se lo perdieron, Carabajal dos veces, otra vez Sáez, Romat metió un tiro en el palo y Riaño, que no estaba en su mejor tarde, erraba varios mano a mano.

En ese interín que duró 20 minutos, los malos fantasmas reaparecieron. A los 20, se fue expulsado Trulls y parecía que se venía la noche.

Lo preocupante era que la T sólo ganaba 1-0 y el alivio llegó con una segunda dosis de esa transfusión con un golazo de Sáez que definió con un “tres dedos” exquisito para poner el 2-0. Recién ahí, jugadores e hinchas se relajaron y empezaron a disfrutar de un triunfo importante. Porque Racing de Olavarría se sintió derrotado, sin fuerzas, casi desangrado por la superioridad albiazul.

El 3-0 de Álvarez definiendo fuerte, al primer palo del arquero le puso fin a una buena tarde que le hacía mucha falta a Talleres. Porque el equipo mostró una cara de tranquilidad en un momento difícil como el que estaba pasando. Con broncas afuera de la cancha, con la impaciencia de siempre pero que esta vez no se metió adentro contagiando al equipo. Y por eso sacó adelante un partido que sirve para mirar mejor al futuro.

La figura


Gabriel Carabajal. El pibe fue el mejor. Con su velocidad y dinámica como carrilero y después con su juego cuando le tocó jugar de enganche. Solamente le faltó un gol para coronar su buena actuación. También se destacó Strada, por izquierda y Agustín Díaz, en el medio.

Mundo albiazul


»Viejo conocido. En la Boutique estuvo Federico Crivelli (foto). La presencia del ex arquero de la T se debe a que no está jugando en Gimnasia de Jujuy, su club, por una lesión.

»Lo que viene. Talleres volverá a jugar el viernes, en Mar del Plata, frente a Unión en horario a confirmar.

»Vuelven mañana. El plantel volverá a trabajar mañana, a las 10, en la Boutique.

»Quedan afuera. Los que se perderán la última fecha de la Fase Campeonato serán Agustín Díaz (llegó a las cinco amarillas) y Nicolás Trulls (expulsado). Otro que no estará por lesión será Federico Pomba, con una luxación de su hombro derecho.