El albiazul se trajo un triunfazo de Salta. Le ganó 3 a 2 a Juventud Antoniana y la esperanza de clasificación está mas viva que nunca. Claudio Riaño, autor de dos tantos, se llevó todos los laureles. Define el viernes ante Tiro Federal en el Kempes.

Al finalizar el 2011, al comenzar el 2012, al ver jugar a Talleres, al ver los resultados, nadie se hubiese animado a anticipar este presente. Un equipo que tenía todos los números comprados para quedar afuera de cualquier pelea varias fechas antes del final, hoy renovó su esperanza y no quiere quedarse afuera por nada del mundo. Tras la victoria ante Central Córdoba el fin de semana anterior, todos esperaban que Talleres vuelva a ser el Talleres que todos conocíamos, y que eche todo a perder como visitante ante Antoniana. Viajó a Salta, pisó fuerte, marcó territorio, y se trajo una victoria que lo deja a tiro de la clasificación.

En un primer tiempo claramente positivo, la "T" tomó la iniciativa desde el comienzo, decidido a llevarse puesto a su rival. Rápidamente se puso dos goles arriba en el marcador, plasmando en él lo que había sido el trámite del encuentro desde el comienzo. Varias jugadas claras de gol, se vieron concretadas en dos de ellas por un mismo hombre: Claudio Riaño. El rubio delantero, en primer término a los 23, definió con tranquilidad tras la salida del arquero Pérez. Luego a los 29, tras un centro de Saez, la empalmó de aire e hizo estallar el travesaño. Como todo buen goleador, en una fracción de segundo estuvo nuevamente donde tenía que estar y, con el mismo envión, cabeceó la pelota que venía rápida hacia él y la mandó al fondo de la red. De repente, en menos de media hora, Talleres ganaba 2 a 0 como visitante. Toda una rareza. Pero como Talleres es Talleres, cuando parecía tener todo controlado, se fue al descanso 2 - 1. Dos cambios tempraneros por parte del flamante DT antoniano, Ivan Delfino, le cambiaron mínimamente la cara al equipo local que, en complicidad con el arquero Requena, puso el descuento por medio de Prieto. El uno albiazul volvió a salir mal, volvió a perder, y le volvieron a convertir.

Lo que pudo ser un entretiempo relajado, lejos estuvo de serlo. La "T" tuvo que salir nuevamente a trabajar, en pos de confirmar la superioridad en el juego, ampliar la diferencia y ahí sí poder relajarse. Si bien siguió siendo más y mejor, tuvo que pasar algunos sobresaltos en los que Requena, el mismo que había fallado en la primera parte, tuvo que vestirse de héroe y salvar las papas. Con el segundo tiempo ya avanzado, Saez erró una de no creer. Con el arquero abatido, hizo besar tranquilito el balón con la base del poste. Pero para reivindicarse, toda la tibieza mostrada en esa definición la contrarrestó con un cabezazo fulminante minutos después, que hizo estallar a la parcialidad albiazul presente en el Padre Martearena.

Pero como Talleres es Talleres, y auto-habilitándome para repetir de la expresión, no puede ganar sin sufrir. A los 44 el local volvió a achicar diferencias a través de Perillo. La gente de Talleres, acostumbrada a terminar con un nudo en la garganta, aguantó como pudo los últimos minutos y terminó por hacerse con un triunfo que vale oro.

Sí, el triunfo vale oro. Con esta victoria, en conjunción con los resultados de los otros encuentros, la "T" quedó en zona de clasificación, y ahora sí depende de si mismo para consumarla. Pero además, los tres puntos valúan en una moneda inmensurable. El ánimo y la esperanza albiazul están por las nubes. Este equipo, incapaz de enarbolar dos jugadas seguidas, insípido y desordenado, hoy es un equipo ganador. Sus acciones y sus posibilidades están en alza, y está todo dado para que se prenda definitivamente en la pelea por el ascenso.

La fórmula del gol. Talleres volvió a contar con la herramienta que más satisfacciones le trajo a lo largo del torneo. Si hay algo que no se le puede discutir, es la efectividad de sus delanteros. Es cierto, en esta oportunidad Talleres generó mucho. Pero generando mucho como esta vez, o poco como otras, ni Riaño ni Saez dejan de hacer goles. Y eso para Sialle y los suyos, es una tranquilidad. Hoy, el ex Racing y Lasallano estuvo intratable. En la primera parte concretó en dos oportunidades, y en la segunda llevó hasta la exasperación a la defensa antoniana, que ya no sabía como agarrarlo. El "sacha" falló un par claras, pero cuando tuvo que aparecer, apareció de manera contundente. Metió un cabezazo inatajable. La "T" cuenta con dos monstruos en ataque, y eso tiene un valor incalculable.

Si a esto se le suma el gran nivel mostrado por Francés, Carabajal y Agustín Díaz en estos últimos partidos, la ofensiva albiazul se vuelve letal. En un torneo tan irregular como este, Talleres tiene en esto un recurso que no muchos tienen y, capitalizándolo de este modo, correrá siempre con ventaja. Eso sí, deberá trabajar un poco más en la última línea, que sigue mostrándose algo insegura.

La definición. Talleres tiene una última parada el próximo fin de semana. El viernes a las 17 recibirá en el Kempes a Tiro Federal. Ganando, se asegura un lugar en la zona de clasificación. Con la victoria en Salta, ahora depende de si mismo. La última fecha se disputará íntegra en ese día y horario, para evitar cualquier tipo de especulaciones o cuestiones extra-fútbolísticas.