No pudo. La T sólo empató 1-1 con Crucero del Norte, el puntero. Debía ganar para arrimarse.

No hay caso. Cuando se te cruza un colectivo en la ruta es complicado de pasar. Esto le pasó a Talleres que arrancó el camino del partido a toda velocidad pero Crucero del Norte lo frenó con paciencia y se fue más contento de La Boutique. Claudio Riaño marcó apenas empezó el partido para la T pero la alegría le duró poco porque empató Brítez, para los misioneros, punteros del grupo, para el 1-1 final. El encargado de los Talleres ni le dejó entrar el bondi a Crucero del Norte. Porque, apenas asomaron la nariz, ya les estaba facturando.

Y así fue el inicio del juego entre la T y los misioneros. Los locales lo arrinconaron y, a los tres, ya estaban gritando el primer gol. Fue de Riaño que, antes del festejo, probó a Gaona que la sacó al córner pero, en la jugada siguiente sufrió el 1-0 en contra.

Pero el diálogo en los Talleres de Córdoba tenía a un cliente con mucha paciencia y experiencia como el equipo vestido de amarillo que no se desesperó y encontró el huequito justo, a los 15, con un zapatazo de Brítez al primer palo de un Etulain que se estiró pero no pudo sacar el 1-1.

El panorama había cambiado pero, desde los pies de Francés, los de barrio Jardín intentaron retomar el control. A los 25, el Cuni le pegó de afuera y el uhhh! bajó desde las tribunas porque el tiro pasó bien cerca. ¿Lo de los visitantes? Siempre igual. Tratando de sacarle la pelota al rival presionando lejos de su arco para tener chances de ataque.

Antes del final del primer tiempo, los misioneros tuvieron su chance con un cabezazo de Márquez, a los 42 y, un minuto después, la T respondió con un zapatazo de Sáez apenas desviado. Y así terminó la etapa: con los visitantes mejor parados. En la segunda mitad, empezó a jugar la gente. Desde afuera, las gargantas de los hinchas contagiaron a los jugadores. Esas mismas cuerdas vocales casi deliran a los 11 con un cabezazo de Sáez que sacó Gaona. Y se pusieron más rojas reclamando una mano de Mosevich, después de un tiro de Francés, un minuto después. Pero el aliento de los hinchas se fue apagando a medida que el equipo se iba quedando y la visita volvió a pararse más adelante. Los ingresos de Pereyra y Strada intentaron darle algo de ese fútbol. Pero parecía poco.

El equipo colectivero empezó a jugar con el reloj y con la desesperación local y fue creciendo en la cancha. Tuvieron su chance a los 34 con una contra que terminó en las manos de Etulain. Esa jugada encendió a todo Talleres que apeló a la heroica porque ya no le quedaba tiempo. Y la decepción fue grande porque el equipo sigue sin ganar y mira desde lejos los puestos de clasificación.

“Nos vamos con bronca” Fue el mensaje de todos los jugadores de Talleres tras el 1-1 de ayer: la impotencia. La bronca también. Es que estaba todo dado para conseguir un triunfo ante el puntero, pero no se pudo. “La verdad que nos vamos con muchísima bronca, porque deberíamos haber ganado este partido. El empate nos deja una sensación a nada”, explicó el central Luciano Precone.

“Buscamos por todos los medios ganar este partido y es difícil cuando las cosas no se dan. Necesitamos empezar a ganar para poder prendernos más arriba”, tiró Riaño, visiblemente ofuscado.

La figura: Claudio Francés. El Cuni fue lo mejor de Talleres. Desde el inicio, el petiso manejó los ataques y pudo marcar un gol. Después fue reemplazado y todo el equipo lo extrañó. En Crucero se destacó el arquero Gaona y el volante Marczuk.