Fue 1-1. Sportivo y Talleres empataron en el este provincial. Aróstegui abrió para el Verde y Sebastián Sáez igualó para la T. A dos del final, Etulain tuvo su “Medianoche en París” y le atajó un penal a Juan Francia.

La ficción es un lugar donde la mentira y la verdad juegan a confundirse una y otra vez. Anoche, todos descubrieron una mentira bien contada. La película Medianoche en París, de Woody Allen, surgió en el este de Córdoba. El visionario director ya había visto una trama increíble. Sí, en San Francisco, el guión lo escribió Michael Etulain. A dos minutos del final le contuvo un penal a Juan Pablo Francia para sostener el 1-1 que permitió esquivar una derrota que hubiera sido durísima.

En el local la llave fue Juan Aróstegui. El punta fue el dolor de cabeza para una defensa albiazul compuesta por tres hombres. Entonces, el 9 entendió que a las espaldas de Precone estaban los caminos al gol.

Enfrente, Talleres respiró por Claudio Francés puesto de enganche. La determinación del pibe, y su velocidad conocida, fueron una tenue esperanza. Cada vez que agarró la pelota pareció decir “Tocala y abrite”. Pero, fue Sportivo el que dio el mazazo. A los 15 minutos Aróstegui sacó un remate desde 25 metros que se desvió en Precone y descolocó a Etulain. 1-0 arriba los de Primo.

Talleres sintió el golpe. Strada se convirtió en salida por la derecha y causó peligro. Pero tuvo que intervenir Francés, volcado al costado para arrastrar marcas, y envió un centro preciso para que Sáez definiera con oficio: 1-1 a los 25 y la justicia en el marcador.

Después, la T pudo ponerse arriba. Pero el travesaño del arquero Barucco devolvió la bocha impactada por Guillermo Cosaro. ¿Más emociones? No. Sportivo empezó a depender en exceso de Aróstegui y Francia y el albiazul se estorbó al medio porque Gianunzio y Erroz por ayudarse, terminaban entorpeciendo la salida rápida en mitad de cancha. La intención de ambos por desnivelar estuvo. Aunque las ideas para lastimarse no y el primer tiempo quedó igualado.

No alcanzó. El complemento dejó una mejor visión futbolística. Sobre todo en Talleres. Se adelantó en el terreno, le comió las espaldas a Felicia y Mazzina con la movilidad de Francés y Sáez a través del pase corto y casi llega al segundo. Lo tuvo el pelado pero le pegó defectuoso. Más tarde, a los 15, otra vez Sáez casi lo grita pero la volada de Barucco lo impidió.

Con la clara intención de ganar el cotejo, Sialle, el DT de Talleres, mandó a la cancha a Farías (su verticalidad era la llave) pero ingresó por Sáez, de lo mejorcito en la T; en consecuencia, el potencial cambio se desinfló por la salida del pelado. Encima el ex Sportivo entró sin pimienta. Más tarde, Emiliano Pérez, otro conocido de la casa, vio pista aunque pasó intrascendente por el campo.

Después del letargo, el Verde reaccionó. Fue un centro que Conocchiari enganchó abajo y la bola se fue por arriba. Pudo ser el quiebre del partido. Como si despertaran después de una siesta, la trama fue golpe por golpe. A los 36, Riaño la picó en el área mientras Barucco miraba desde el piso y la sacaron en la línea.

Sí, a Cosaro le cometieron penal pero el juez Espinoza no lo advirtió.

Hasta que llego el momento clave. Moría el partido. Minuto 43 del ST. El centro desde la izquierda, la cabeza de Connochiari y la mano de Cosaro. Penal. Y los hinchas de Talleres pensaron lo peor.

Juan Francia le pegó sobre la derecha de Etulain. El flaco voló y evitó la derrota. Francia se desplomó y Etulain pareció la torre Eiffel en un París vestido de Talleres.

Cuentan, que detrás del arco, Woody Allen escribía la historia...