Debuta. El volante Gabriel Carabajal es el elegido por el DT José Bianco para jugar por derecha. Una historia de lucha y sueños.

Le cuelgan las ojeras. Se despertó a las cinco de la mañana. Volvió a soñar que llegaba a Primera. Viaja. De Lozada a Córdoba. En la terminal da vueltas, ojea los diarios, alguna vez se encontrará a el mismo gritar un gol. Se trata de Gabriel Carabajal, 21 años, un remador en las inferiores de Talleres.

Pero hoy le llegó su día. El técnico José María Bianco lo pondrá de titular y marcará su debut en Primera. Algo que tanto buscó. Será frente a Sportivo Belgrano, en el Kempes, el escenario para enmarcar una historia con historia. Y es Gabriel el encargado de escribirla con sus palabras medidas a Día a Día.

“Muchas cosas se me pasan por la cabeza. Es una mezcla de emoción, alegría y cierta ansiedad. Uno siempre soñó con debutar en Primera”, dice, y desde atrás, se escucha el griterío típico de partido. “Estoy viendo a los pibes de la Local. Son mis amigos y compañeros, hace días estaba con ellos y siempre me ayudaron mucho”, agrega el volante por la derecha.

Sí, lejos de quedar en la burbuja de los que logran crecer, mantiene perfil bajo y se le nota. “Uno debe seguir igual. Mis compañeros me apoyan al igual que la familia. Son lo que siempre estuvieron, en las buenas y malas”, agrega y en su tono hay un quiebre.

Es que Papá Horacio, mamá Roxana y Leo, su hermano, fueron los pilares fundamentales en la exigente carrera del jugador. Claro, el abuelo Horacio, la nona María Cristina y la Tía Patricia también fueron fundamentales para no largar el fútbol.

“Fue en 2009. Yo venía de Colombia, de jugar en Patriota, de la serie B. Quería dejar el fútbol, estaba desmotivado, pensaba que no iba a llegar nunca el momento de debutar y dije me pongo a estudiar el Profesorado de Educación Física. Al final, y gracias a la familia y los amigos de la vida, la pelee y llegó”, rememora.

De madrugada. Llegar al premio no le fue fácil. “Para ir a entrenar me despierto a las cinco de la mañana. A las seis salgo de Lozada (a 40 kilómetros de la Capital). Llego a las siete y doy vueltas en la terminal o me voy a la pensión hasta que llegue la práctica. Tiempo atrás, desayunaba y veía los diarios. Pensaba, alguna vez voy a estar ahí”.

Sin embargo, Gabriel sabe el desafío que implica estar en Talleres. “Es un club grande, con mucha historia. ¿Si siento presión? No, sólo la ansiedad lógica de debutar”, aclaró.

Igual, trata de mantener los pies sobre la tierra. “Cuando ganamos el torneo Preparación de la Liga Cordobesa sentí orgullo al vernos en los diarios. Además, la familia se siente bien. Ellos hacen un gran esfuerzo para bancarte”, explicó el pibe que sueña con llegar a jugar en Europa.

“Tengo varios objetivos. Un sueño es llegar a jugar en Europa. Pero hay que ir despacio, ser medidos e ir creciendo”, agrega el volante, iniciado en Central de Río Segundo. Allí jugó hasta los 15 años. Después, se fue a Mitre de Pérez, equipo de la Liga Rosarina y luego vendría su experiencia por Colombia.

–¿Cuál es la imagen que más veces se repite en tu cabeza?
–Me imagino gritando un gol. Feliz. Sí, pienso en eso y me da mucha emoción. Soy hincha de Talleres, imaginate lo que sería.

El destino así lo indica. Esta tarde, en el Kempes, Carabajal, hincha de la T y admirador de Ramiro Pereyra, habrá llegado a cumplir su sueño.

Ya no importarán las malas, ni el despertador madrugada.

Ganar y mirar con otra cara

Es cierto que recién arranca. Pero en Talleres no hay sonrisas. Disputadas dos fechas del Argentino A, en barrio Jardín quieren conocer el sabor de la victoria. Hoy, a las 16 y en el Kempes, los dirigidos por José María Bianco reciben Sportivo Belgrano. ¿Será la tercer fecha la vencida? Nadie lo sabe. Pero, para alentar el triunfo, el DT dispuso cuatro cambios con respecto al 11 que cayó 1-0 ante el Ciruja.

Y hubo sorpresas. Guille Cosaro sustituye a Precone (golpe en el tobillo). Además, Carabajal reemplazará a Pérez, que sufrió un duro golpe en las cervicales en la práctica. Además, sale Erroz para darle lugar a Strada y Ramiro Pereyra en lugar de Riaño. Claro, el sistema se modifica: 4-4-1-1y cambian los intérpretes.

Cuando el árbitro salteño, Gustavo Fabián pite, otra oportunidad golpeará la puerta de Talleres. Y todos desean que la tercera sea la vencida para abrazar el triunfo.