El ídolo dice que con los chicos se ganan partidos, no campeonatos, y que los foráneos deben salir a escena. “No voy a la cancha porque me hace mal”, reconoce.

Daniel Willington contesta el teléfono y en su voz se nota que algo no anda bien. “El Loco” saluda con un hola apenas audible que se interrumpe por una tos que se hará persistente durante la charla.

“Estoy un poco enfermo. En cama. Como Talleres”, arranca “el Daniel”, uno de los ídolos de Talleres, como jugador en varias formaciones de oro de la década del 70 y en su condición de DT por haber dado una mano muchas veces hasta que una de ellas le dio el penúltimo ascenso a Primera en 1994 en inolvidables finales con Instituto.

“Estoy engripado y más me engripé cuando vi el partido con Unión de Mar del Plata”, agregó Willington refiriéndose al presente de la "T" en el Argentino A.

–¿Qué lectura hace?
–Se ha perdido aquello que siempre pensaban los equipos que venían de afuera. Se ha dado lugar para que se le pierda el respeto a Talleres. Antes los equipos de afuera venían a empatar. Ahora directamente te ganan o te hacen cinco. No critico nada, la gente sabe que soy de Talleres hasta la muerte, pero me duele que esté así. Aparte las cargadas que me pegan. Pero me duele que los jugadores que han traído para ascender no están demostrando condiciones, ni cualidades ni nada. Ahora resulta que salimos a jugar con los chicos… ¿Qué vamos a lograr? Vamos a ganar un partido y al otro ¿le vamos a echar la culpa? No sé qué es lo que pasa. ¿Por qué la gente está tan tranquila? Si ya viene pasando, hace tiempo, que se pierden los campeonatos, que nos vamos al descenso y nadie dice nada.

Los empresarios. Tras una primera respuesta larga y necesaria, salió el diagnóstico albiazul de uno de sus próceres. Lo que ve desde afuera. “El Loco” hizo una pausa, tomó impulso y siguió razonando sobre la actualidad.

“Creo que se ha intentado salvar la institución y no es que les esté pasando vaselina a los dirigentes. Pero las equivocaciones no vienen solamente de esa parte sino también de quienes han traído a los jugadores. He visto a varios empresarios metidos ahí. Si hacen sus negocios, los felicito. Pero tampoco hay que decir: ‘Que vengan los jugadores porque los trae fulano de tal’. Qué carajo me importa. Quiero jugadores de la condición que a mí me sirvan”, enfatizó.

“Ahora hay una promoción ¿Quiénes son los que lo llevaron a Talleres a esta situación? Los que no están jugando. Que vayan los grandes y se las aguanten. A los chicos, dejalos”, aconsejó.

–No los han dejado poner la cara…
–No me quiero meter. Porque respeto a los colegas. Pero que a mí me vengan y me den un equipo a mitad del río con el agua en el cogote, me quedo en mi casa tranquilo, hermano. Es mi opinión. Ahora ya es tarde. Estamos… Le está entrando agua por la nariz y hay que salir. Pero ¿con quién? Con los jugadores que han traído. Con chicos se ganan partidos, pero no campeonatos.

–Entonces... ¿para qué está el equipo?
–Te podría dar una opinión. Pero me la guardo. Que no nos engañemos con el 5-1 a Libertad de Sunchales. No voy a la cancha porque me hace mal. Pero no nos engañemos. Hay equipos que están arriba de nosotros que no los conoce nadie ni a los jugadores… ¿Que debemos conocerlos? No quiero herir a nadie. Yo podría decir: “Hay que hacer esto o lo otro”. Pero no estoy ahí. No soy quién. Se trató de hacer lo mejor. Eso seguro. Se han traído jugadores. Pero no son para lo que Talleres pretende.

–¿Qué tiempo lleva lograr un éxito deportivo?
–Si Talleres no asciende este año, ¿qué pasa con la gente que está poniendo plata?

–Debe quedarse, hay avales post mórtem....
–Tienen que pensar en llevar en personas capacitadas para plantearles un ascenso. Mi deseo es que Talleres sea de Primera, pero me aguanto las cargadas en tercera categoría.