Goleada. Con un equipo con seis jugadores de las inferiores como titulares, la T volvió a ganar después de tres derrotas. Fue 5-1 a Libertad (S).

El clima no era el mejor. Las tres derrotas consecutivas lo habían dejado a Talleres definitivamente afuera de la lucha por el ascenso directo y el horno no estaba para bollos en el ánimo de los hinchas. Y el golpe de timón que tuvo que dar Gustavo Coleoni, el técnico albiazul, al confiar en seis titulares salidos del riñón del club dio sus frutos. Porque los chicos se hicieron grandes y golearon 5-1 a Libertad de Sunchales dejando prendida esa llamita de ilusión para un ascenso. Encima, cuatro de los goles los hicieron chicos del club: Favio Álvarez, Guillermo Cosaro, Sebastián Navarro y Agustín Díaz. El restante lo metió Adrián Aranda. El Bati, quien fue silbado e insultado junto a varios de los más grandes del plantel, coronó una tarde rara pero que terminó con una pizca de felicidad en los rostros albiazules.

Y Talleres arrancó con todas las pilas puestas. A los 3, los pibes se conectaron: centro de Nery Leyes, gol de Álvarez que apareció en el área sorprendiendo a todos para el 1-0. Luego de la primera diferencia, Libertad generó su jugada más clara, a los 19, con Crivelli, tapándole el empate al defensor Olivera. Fue la única de la etapa. Después, los chicos pudieron aumentar. En la tribuna, a pesar del triunfo parcial, los hinchas tuvieron tiempo para abuchear, primero a Walter Ribonetto y, después de festejar el gol de penal de Cosaro al inicio del complemento, los destinatarios de los silbidos fueron Zárate y Aranda, que entraron por Álvarez y Riaño, respectivamente.

El descuento de Marcos Quiroga, a los 8, le puso suspenso pero justamente los resistidos Zárate y Aranda, se juntaron para el 3-1 del Bati después del centro del enganche. Así, el equipo ganó en tranquilidad y coronó la tarde con los goles de Navarro y Díaz en dos buenos contragolpes. Los chicos hicieron que los fanas de la T, piensen que ellos crecieron. Que son grandes para ponerse la albiazul y dejar todo por el Matador.