Talleres sale al servicio de su necesidad, a pelear, con ínfimas posibilidades, de lograr el ascenso directo por el nonagonal. Desde las 16 lo visita Libertad de Sunchales, uno de los candidatos.

Talleres no duerme la siesta. Y en el cotejo entre semana, que programó la 7ª fecha de la Zona 2 del Argentino A, a las 16, el albiazul, con diminutas posibilidades de acceder al ascenso directo (depende de resultado ajenos, y con solo empatar, Brown lo elimina formalmente) pero con la misión de acallar las voces críticas y los rumores que indicaron rescisiones d contratos y situaciones inestables con otros integrantes del plantel y el cuerpo técnico, irá por la victoria ante Libertad de Sunchales, uno de los animadores del torneo.

Para que los de barrio Jardín sigan con vida, deberán ganar los tres encuentros que le restan, sumar la máxima efectividad, pero sabiendo que las posibilidades son escasas, casi imposibles, y eso en el ambiente deja palpar un cierto grado de resignación.

Para el cotejo verspertino de hoy, el DT Gustavo Coleoni dispuso de tres cambios en relación a la formación que paró ante Huracán de Tres Arroyos, con modificación de sistema incluido: reaparecen en defensa Walter Ribonetto y Guillermo Cosaro, quienes ya cumplieron sus fechas de castigo por las expulsiones sufridas ante Brown, respectivamente, ocupando las vacantes de Cristian Zárate y Jorge González Barón. Es que Nery Leyes se sumará a la línea de volantes, y Francisco Dutari pasará a ocupar el lateral derecho. A su vez, Fabio Alvarez irá desde el inicio, por Adrián Aranda. Completan la delegación Leandro Requena, González Barón, Miguel Monay, Agustín Díaz, Zárate, Lisandro Sacripanti y Aranda.

Por su parte, Libertad es una de las sorpresas del nonagonal. Perdió el invicto en el clásico sunchalense. Es escolta, con 10 puntos, y buscará no perderle pisada al líder Brown. El DT Iván Delfino no confirmó los titulares, pero serían los mismos que cayeron ante Unión.

Sigue la bronca. La derrota caló hondo en los ánimos del Fondo de Inversión. La reunión motivó a la necesidad de unificar el discurso oficial. Hubo enojos con entre las partes, casi al borde de la fractura, entre algunos integrantes, que en pleno disenso, expusieron las voluntades de rescindir contratos, y otros en tanto, cuestionaron la gestión de Coleoni.

Salum, silencio. Ernesto Salum fue uno de los que le “sugirieron” que no emita declaraciones de ahora en más, a los efectos de evitar polémicas. Hubo momentos de tensión. Igual, el mensaje y saldo fue respaldar al cuerpo técnico y al plantel hasta junio.