El equipo albiazul derrotó 2 a 0 a Sportivo Belgrano en la Boutique con goles de Cossaro y mira con optimismo el nonagonal final del Argentino A.

Talleres, con dos cabezazos de Cossaro, logró la primera victoria en el Nonagonal desatando la fiesta en barrio Jardín.

Fue 2 a 0 ante el siempre complicado Sportivo Belgrano de San Francisco abriendo una racha de tres partidos sin derrotas que pueden darle el empujón final en esta instancia.

Las claves fueron la eficacia del planteo del DT Gustavo Coleoni y el oportunismo de las pelotas paradas en el arco de enfrente.

Al cabo del primer tiempo, Talleres ilusionaba a todo barrio Jardín con el parcial 1 a 0 sobre Sportivo Belgrano de San Francisco por la tercera fecha del Nonagonal final.

Sin lucir demasiado y con la mayor virtud de saber neutralizar a su rival, el Albiazul domina las acciones y por ahora festeja.

Gullermo Cosaro, a los 16’, con soberbio cabezazo, anotó el único tanto de la primera etapa saltando más alto que todos.

El planteo del DT Gustavo Coleoni fue efectivo porque los tres volantes de contención en la mitad de la cancha bloquearon a los creadores de Sportivo (Farías, González Tapia y Francia).

De esa forma ganó terreno en el mediocampo y por más que se puso en ventaja desde una pelota parada, Talleres se aseguró el balón y sobre todo las cosas, dejó inmovilizado a su rival.

Sportivo llevó poco peligro al arco de Federico Crivelli, y encima Lisandro Sacripanti, con un anticipo de palomita, cerca estuvo de aumentar a diferencia, pero la pelota pasó a un costado del palo.

En el complemento, Talleres estuvo quince minutos hasta volver a acomodarse. En ese lapso cerca estuvo Sportivo de llegar a la igualdad y de noser por la intuición de Federico Crivelli el albiazul pudo verse complicado. Primero, el golero le tapó un mano a mano a Juan Francia a los 7’. Y tres minutos más tarde, con un histrionismo muy particular, “fabricó” una falta en un gol de Aróstegui que dio la sensación de ser legítimo.

Sin embargo, poco hizo Sportivo ante las barreras que le puso Talleres en la creación. Por eso otra vez Cossaro metió la cabeza en el área chica y estampó el 2 a 0 lapidario.

No hubo mucho más. En casi un partido de ajedrez, donde los rivales se cuidaron demasiado, el albiazul sacó ventaja en la pelota parada más que en el juego propiamente dicho.

Eso sirvió para ganar, alimentar las aspiraciones y encender la llama de la ilusión en todo barrio Jardín.