Espera a Sportivo. En la T se descomprieron las tensiones y se notó en el asado post práctica.

Las sonrisas llegaron más sobre el viernes. Se notaba que algo había cambiado. Las caras eran otras. “Es lógico”, contó uno de los jugadores, porque se sentía que la tensión era otra antes del partido con Racing. Pero, con la partida de Héctor Arzubialde es indisimulable que el estado de ánimo es otro, que hubo un cambio de aire, que se los nota un poco más animados a los futbolistas, quizás descontracturados. Sin embargo, no hubo mucho por imaginar y el mensaje es claro del propio plantel: “Nosotros el domingo tenemos que ganar y revertir esta imagen”.

Y también hubo alguien que contó, entre esos mismos hinchas que suelen estar en los entrenamientos, los allegados a los auxiliares, los que están siempre en contacto: “Volvieron los asados de los viernes”. Y ahí, al instante se sintió un cerrado aplauso, bromas, como que se percibía que las cosas habían cambiado.

“Yo no me enojé, sólo dije que estaba molesto por algunas circunstancias en torno a mí, pero acá los jugadores no tuvieron grandes diferencias con el cuerpo técnico”, dijo el Bati Adrián Aranda, respecto a la partida de Arzubialde, honestidad total, en un momento en el que también hay que dar la cara.

El entrenador, sonriente, tranquilo y mesurado pasó también con la calma de que hay que esperar con confianza el encuentro de mañana ante Sportivo Belgrano, a las 17, en barrio Jardín. “La motivación es estar en Talleres. Hay muchos jugadores que quieren estar en lugar de ellos”, dijo con respecto al plantel, con el que se nota que se está construyendo una buena relación, pero ahí nomás reflexionó en torno a su posible continuidad: “No es una presión. Es un halago. Pienso en este partido, después Dios dirá”.

Ayer se cerraba una semana por demás calentita. El torbellino Talleres pasó como de un tirón. Rodrigo Escribano, el presidente del Fondo Común de la T, se llegó hasta barrio Jardín para almorzar con los jugadores, para demostrar que están todos en la misma bolsa. “Estamos todos con el mismo objetivo, peleando. ¿Después del domingo? No sé, creo que ahora hay un entrenador al que hay que apoyarlo y para eso estamos”, cerró.

Cambió el aire y es indisimulable. Todos esperan que mañana eso se vea en la cancha. Será una prueba de carácter para que en la T se ahuyenten esos dramáticos fantasmas que suelen rondar.