Federico Crivelli, rockero de alma, compara a “Los Redondos” con la popularidad que tiene el club de barrio Jardín. “No necesita publicidad, donde vaya siempre habrá gente de los dos palos”, argumentó.

El fútbol es una expresión, una inspiración, como lo es la música, la poesía, la escritura y demás. Muchos saben combinar esas pasiones para lograr un cocktail explosivo. ¿Por qué no? El que sabe sacar provecho de esas mixturas es el arquero Federico Crivelli, quien en San Juan otra vez se puso el traje de héroe para ayudar a Talleres a ganar ante Desamparados y escaparse en la cima de la tabla. Su fuente de inspiración es el rock. El nacional, claro, por eso tiene tres tatuajes del grupo Las Pelotas y uno de “Los Redondos”. Ese empuje musical es una de sus armas que lo acompañan a la hora de ponerse los guantes, según manifestó el propio Crivelli: “Siempre fui fanático del rock. Es una locura, una pasión. Me encantaba ir a recitales cuando era chico, ya de grande, cuando empecé con el fútbol, se me complicaba más. Igual, escucho todo el día, en las concentraciones, es una inyección de fuerza”.

-¿Con qué grupo de rock identificas a Talleres?
-Y... (piensa) Me parece que Talleres es como el “Indio” Solari. Es como “Los Redondos. En el poco tiempo que estoy en este club, me di cuenta que no necesita publicidad, donde vaya siempre va a haber gente de los dos palos. Talleres es como ser “Ricotero”, porque donde estés, en cualquier lugar, siempre habrá un hincha de Talleres y siempre habrá un “Ricotero”. Y mirá que viajamos por Mendoza, San Juan, San Luis ¿eh? No es poca cosa.

-¿Ibas mucho a recitales?
-Siempre. Ahora cuando vino Las Pelotas a Córdoba los fui a ver. Me acuerdo que de más joven, me venía seguido con mis amigos del barrio a Cosquín Rock. Una vez fui con muletas, estaba quebrado en un tobillo. Y eso que ya había debutado en Temperley.

-Volviendo a Talleres, ¿qué te dejan en lo personal, actuaciones como la del domingo?
-Mucha confianza, mucha alegría, porque siempre es importante arrancar ganando. Más allá de lo personal, lo importante es que el equipo gane, y que en las difíciles sacamos pecho. Igual da gusto que a uno lo distingan.

-¿En cuánto te ayudó tu espíritu rockero?
-(Risas) No sé, en todo. Algo curioso fue cuando en el segundo tiempo me fui al arco donde estaba la tribuna de Talleres. Un loco desde el alambrado me gritó y pidió que me ponga el logo de “Los Redondos” en la remera. Yo le mostré mi tatuaje. Son cosas fuertes, conexiones que a uno le dan ímpetu anímico. No hay que aflojar, Talleres va por buen camino pero todavía falta lo mejor.

• 18 partidos disputó el arquero Federico Crivelli en Talleres. Es el único integrante del plantel con asistencia perfecta.

En la piel



Federico Crivelli tiene nueve tatuajes. Uno es el logo tradicional de “Los Redondos”, en la pantorrilla derecha, y el resto, en el torso, la tapa del disco “Todo por un polvo”, de Las Pelotas, y del mismo grupo tiene el símbolo de la canción “Escalera” y en brazo derecho, se puede leer “siempre estarán los que quieran estar”, frase de la canción “Sueño de mendigo”, con estrellas que representan a toda su familia. “Es una forma de tener presente siempre a mis seres queridos, con mi bandas de rock preferidas. Los llevo conmigo en la piel”, contó Crivelli. “Mi sueño de mendigo, como dice la canción de Las Pelotas, es ascender con Talleres en junio”, remató.