El actual médico del plantel de Talleres lleva más de 30 años trabajando junto a futbolistas. Dice que ahora se esmeran más por mantenerse bien en lo físico, pero que antes tenían un compromiso más importante con la institución.

Más de 30 años como médico de distintos planteles de fútbol (todos de Córdoba) autorizan a Julio Ferreyra, actualmente en Talleres, a hablar sobre cómo se comportaban los planteles a finales de la década del ‘70, cuando apareció en escena en Racing de Nueva Italia, y a trazar, por qué no, la inevitable comparación sobre los cuidados físicos del futbolista actual.

La ligazón afectiva del jugador con el club que representa fue también tema de conversación con este facultativo que también sumó experiencia en Belgrano.

–Julio, ¿cómo empezaste como médico en el fútbol?
–En 1977, en Racing de Nueva Italia. Me llevó el doctor Hugo Bouchet, que era el jefe del departamento médico de la Liga Cordobesa. Se produjo una vacante por la partida de un médico de apellido Flores y quedé yo. Hasta ese momento, sólo tenía experiencia como residente. Siempre quise ser médico en un club, y particularmente de fútbol, que es mi pasión.

–¿Y después?
–Estuve 17 años en Racing, en el que pasé momentos muy lindos. Desde el punto de vista profesional aprendí muchísimo, Después llegué por primera vez a Talleres, en donde estuve cuatro, cinco años. También tengo un paso por Belgrano y después esta segunda etapa en Talleres que ya lleva 11 años.

–¿Ha cambiado mucho el futbolista en tantos años?
–Sí, muchísimo y en muchos aspectos. El futbolista en la actualidad se esmera mucho más en mantenerse bien físicamente. Generaciones anteriores de futbolistas tenían, en cambio, un compromiso mucho más importante con la institución. Inclusive se quedaban más tiempo tras la finalización de los entrenamientos. Estaban más arraigados al club en el que jugaban. Pero es lógico: ahora tienen muchas chances de irse rápido a otras instituciones.

–¿Y con respecto al diálogo con el cuerpo técnico?
–Ahora se van rápido de las prácticas. Pero aquí en Talleres he visto algo muy positivo. En la cena que organizó Héctor Arzubialde fueron todos los jugadores con su familia; sólo faltó un jugador por un problema personal. Y además estuvo todo el cuerpo técnico y los dirigentes. Hacía mucho tiempo que no vivía esa experiencia. Para mí eso es muy positivo.

–¿Y el futbolista actual en qué manifiesta el cuidado por su físico?
–En que no fuma. La mayoría no toma alcohol o toma muy poco. En planteles de un par de décadas atrás, la mitad de los futbolistas fumaba. Y hubo casos excepcionales de futbolistas que fumaban en los entretiempos. Ahora nadie me pide un medicamento. Y eso es porque no hacen desarreglos con su cuerpo.

–Y en estos regresos a los entrenamientos, ¿los futbolistas actuales cómo se comportan?
–Son mucho más obedientes. Saben que están en una gran institución y que si no rinden no van a poder jugar. Hay excepciones, por supuesto, pero en menor grado.

–¿Los jugadores tienen lesiones diferentes con respecto a otros años?
–En Talleres tuvimos en una semana tres lesiones de ligamentos cruzados. Y sacamos tres jugadores lesionados en un tiempo de partido. Las que siempre se mantuvieron fueron los esguinces de tobillo y de rodilla, los desgarros musculares... Pero ahora tuvimos muchas más de ligamentos cruzados. Antes se trabajaba mucho lo aeróbico; ahora se trabaja mucho más la fuerza. Antes se practicaba mucho en lo técnico y en la destreza. Hoy los futbolistas son mucho más vehementes y más veloces. Y jugar a mucha velocidad lleva consigo una cuota mayor de agresividad. El jugador salta más, corre más y es más veloz.