El técnico de Talleres está cumpliendo los objetivos, pero pasó por situaciones incómodas. Pese a su perfil moderado, atravesó situaciones irascibles. Además, le critican algunos movimientos tácticos.

Lo que más sedujo de Héctor Arzubialde al Fondo de Inversión de Talleres fue su perfil, con un discurso moderado, y con el carácter suficiente para soportar las presiones que genera el club albiazul. Sus antecedentes lo avalaban: hizo un buen papel como coordinador de inferiores en el club, al igual que su interinato en el plantel superior en el 2005, y su experiencia en Gimnasia de Jujuy. Pese a que hasta el momento las metas se vienen cumpliendo, hubo pasajes a lo largo de las primeras 17 fechas del Argentino A en las que el técnico de Talleres mostró una faceta más impulsiva, intolerante con los árbitros y eso motivó que se pusiera un manto de duda, de ansiedad en el análisis de su proceso y en su futuro.

Arzubialde nunca realiza declaraciones desmedidas, mantiene una distancia con el periodismo, siempre de manera respetuosa, y en el ambiente goza de buena imagen. La pregunta es si podría mantener su personalidad en una brasa caliente como Talleres, con la obligación de salir campeón, y donde todo lo bueno realizado quedará en el olvido si no se cumple el objetivo.

La primera provocación la lanzó en la 3ª fecha, en el triunfo 2-0 ante Juventud Unida. La gente silbó al equipo en el final porque no hizo más goles. “Nadie de los que me silbó e insultó quiere a Talleres más que yo. Acá vine en 2005 y lo salvé del descenso, no se olviden”, fustigó Arzubialde. El rumbo deportivo del conjunto de barrio Jardín se enderezó, y llegó a la punta casi sin complicaciones. Pero los nubarrones aparecieron nuevamente, tras dos derrotas en cadena. Las críticas estaban orientadas a su voluntad de cerrar los partidos con anticipación, apostando a esquemas conservadores estando en ventaja y que no le dieron resultado, como ante Racing. No le tuvieron piedad. El triunfo en la despedida del año ante los puntanos apaciguó los ánimos, pero el DT igual se descargó: “Ganamos 10 partidos de 17 y nadie salió decir huevadas. En Talleres las derrotas toman mucha dimensión”, espetó.

Ahora se conocen las facetas irascibles de Arzubialde. Fue expulsado en varias ocasiones del banco de suplentes por sus reclamos a los jueces, y su alteración es casi permanente. Dejó la sensación de que emocionalmente, la situación lo fue superando. Le costaba controlarse. De todas maneras, todo se cura ganando. Talleres marcha puntero en la zona, es el candidato de todos, y a ese examen, Arzubialde lo está superando y con creces. La verdad, recién estará en julio.

• 10 victorias logró Héctor Arzubialde al frente de Talleres, en 17 cotejos. Empató dos y perdió 5. El equipo es puntero con 32 puntos, y el más goleador, con 36 conquistas.