Los albiazules vencieron 5-1 ante el León en el estadio Mario Alberto Kempes. Nicolás Gatto hizo un golazo para el "León", mientras que Claudio Riaño marcó tres tantos y Guillermo Cosaro y mateo Martinelli, los restantes.

Es que en aquel segmento del juego en el que el equipo de Ma-ttea arrancó ganando y sorprendiendo a su rival, a los 19 minutos con el golazo de Nicolás Gatto, se escribió un partido equilibrado, de propuestas abiertas, de ida y vuelta y alto voltaje emotivo.

Si la “T” logró darlo vuelta e irse al descanso arriba 2 a 1, fue porque despuntó una realidad incontrastable de este equipo y que no poseen otros de la Zona 2: un poderío de gol letal.

Talleres había apostado a progresar por la banda izquierda, a través de las trepadas de Anívole, y el Celeste aprovechando las espaldas del “Pocho”, quien al subir tanto dejaba generosos espacios que el elenco de Mattea pudo y supo aprovechar. Pero no tuvo en Gatto, autor de ese golazo desde afuera del área, tras recibir una habilitación de Chiaretta, la efectividad demoledora que sí tuvo el “9” del frente, Claudio Riaño, quien parece tocado por una varita mágica.

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Los albiazules consiguen una buena victoria en el Mario Kempes. (Foto: Sergio Cejas).
Si no la pelea y la gana a favor de su potencia desde afuera del área rival, se las compone para estar siempre adentro de ella y convertir de la forma que sea.

Como ayer, a los 31 minutos, cuando corrigió un remate de Agustín Díaz y marcó el primero. O a los 44, tras el córner de Anívole que cabeceó Rezzónico y punteó al gol antes de que Mancinelli pudiera llegar. Si Gatto hubiera metido las dos que desperdició después de su gol, seguramente hubiera sentenciado la derrota de Talleres y hubiera pasado al bronce, pero quien terminó sacándole brillo a la plaqueta fue el iluminado Riaño.

Golpe a golpe. Arrancó el complemento, ya sin la lluvia del período inicial, con más incógnitas que certezas de uno y otro lado. Estudiantes probó desde afuera tres veces, dos de ellas a través de Rodríguez, y encontró a Crivelli con su habitual seguridad.

Fue cuando Héctor Arzubialde, desde afuera de la cancha por su expulsión del primer tiempo, se redimió de su incontinencia verbal que le costó la roja con un acierto táctico. Cambió el sistema 3-4-1-2 por un 4-4-2, con el ingreso de Guillermo Cosaro al lateral izquierdo y Damián Solferino por Lisandro Sacripanti, a quien la lluvia de anoche le mojó la pólvora.

Y en el momento justo Talleres volvió a golpear, después de una pifia de Tambussi que pudo haber significado el empate de Estudiantes. Pieters, robó la pelota en la puerta del área a Zapico y se la dejó servida a Riaño, quién si no.

Y otra vez incrustado donde más duele, el ex Lasallano y Racing facturó en forma impiadosa.

El gol hizo que Estudiantes perdiera el orden, como lo extravió Talleres después del gol de Gatto. Y con la irrupción de los errores defensivos y la expulsión de Gómez (violenta falta a Gianunzio) se descompensó y le permitió a Talleres elaborar la goleada. Primero con la trepada de Cosaro, a los 37 minutos y después por Mateo Martinelli, tras una cesión de Solferino, quien pese a su necesidad de marcar, fue solidario y habilitó al volante zurdo.

Síntesis

Talleres (5): Federico Crivelli, Walter Ribonetto, Gabriel Ruiz, Juan Rezzónico, Fabio Pieters, Emiliano Gianunzio, Miguel Monay, Ignacio Anívole, Agustín Díaz, Lisandro Sacripanti, Claudio Riaño. DT: H. Arzubialde.

Estudiantes (1): José Mancinelli, Guillermo Puñet, Miguel Carrizo, Ignacio Reartes, Emiliano Zapico, Maximiliano Gómez, Luis Pérez Araya, Franco Chiaretta, Nicolás Rodríguez, Guillermo Tambussi, Nicolás Gatto. DT: Hugo Mattea.

Goles: PT, 19m, Nicolás Gatto (E); 30m y 45m, Claudio Riaño. ST, 12m, Riaño, 38m, Cosaro y 45m, Martinelli (T)

Cancha: Estadio Córdoba

Árbitro: Leandro Bottoni