Claudio Riaño se "calzó" la "9" de Talleres cuando el equipo lo necesitó. "Cada vez que hago un gol, el equipo gana", dijo el "gringo".

El día después de hacer un gol, se repite la rutina. Claudio Riaño pide el video de su partido y lo vuelve a vivir. “Busco errores para poder mejorar”, dice el goleador de 22 años, quien llegó de Racing de Nueva Italia con la chapa de goleador a un Talleres que ya tenía tres especialistas como Adrián Aranda, Lisandro Sacripanti y Damián Solferino.

La imagen que le devuelve el video, revive el momento en el que aprovechó el error de Martín Ríos, el arquero de Maipú, que no pudo contener el centro de Sacripanti.

El partido terminó 3-1 para Talleres y su conversión había sido la segunda. Dulce sabor que ya había experimentado cuando marcó el 2-0 a Desamparados de San Juan.

Lo cierto es que con “el Bati” suspendido (aún le restan dos fechas), Riaño se calzó el traje de goleador. Y ahora es el talismán de Talleres, como en algún momento lo fue en Racing. “Cada vez que hago un gol, el equipo gana. En Racing de Nueva Italia me pasó igual. Ustedes son los que tienen las estadísticas. Pero ojo que también asistí a Guillermo Cosaro en el 1-0. No soy egoísta. La verdad fue una actuación soñada”, ratificó Riaño a Mundo D.

–¿Tu buena racha arrancó en Racing?
–Jugué unos minutos ante Antoniana. Ese fue mi debut. Al partido siguiente, ante Juventud Unida, hice dos goles ya como titular. Fueron dos asistencias de Bergese. Después, le convertí a Desamparados y también ganamos. Ya en Talleres, tengo el del domingo pasado y otro contra los sanjuaninos.

–¿Qué soñás en Talleres?
–Los resultados se fueron dando. El equipo se consolidó. Ahora llegamos a cuatro partidos ganados al hilo. Yo me sitúo en la mesura del DT Héctor Arzubialde. Es largo el torneo. No ganamos nada. El equipo está creciendo. El que le toca entrar, rinde. Era difícil jugar. Arzubialde me fue dando chances.

Riaño hace una pausa y recuerda los pasos que marcaron un hito en su historia como jugador. “Viberti me vio en un torneo de Quilmes. Jugaba con mi hermano y me dijo si quería jugar en Lasallano”, recordó Riaño al ex DT de albiazul. “Antes estuve en la escuela de fútbol de Talleres. Yo soy hincha. Uno de mis hermanos laburaba en prensa y yo me colaba para ver los partidos en la platea. Luego fui a Juniors y después dejé el fútbol un tiempo. Mis padres Leonor y Carlos me hicieron volver. Mis tíos y primos, también me apoyaron. Y mi agradecimiento a Luis Grillo (representante)”, cerró el pibe.