Con una soberbia actuación, superó casi sin despeinarse a Deportivo Maipú de Mendoza, por 3 a 1. Se escapa en la cima del Argentino A. Fue la producción futbolística más destacada de los albiazules.

26 minutos le bastaron a Talleres para sacarse de encima un trámite que no llegó a ser incómodo. En una descollante expresión futbolística, el conjunto de barrio Jardín se sacó del camino a Maipú de Mendoza, al vencerlo por 3 a 1, y tomó mayor distancia en la soledad de la cima en la tabla de posiciones del Argentino A, que lleva jugadas seis fechas. Fue el cuarto triunfo consecutivo del elenco albiazul. Tras el tropiezo en San Francisco, sólo sabe de victorias, con una producción que crece paulatinamente y que ayer en el Estadio Córdoba, logró consolidar un funcionamiento ideal, con todas las piezas aceitadas y con un movimiento uniforme en todas las líneas.

Lluvia de goles. Las gotas de humedad amenazaban con dejar como resultado un partido trabado, cerrado y con escasas emociones. Todo lo contrario, todo a favor de Talleres. De arranque nomás, un desborde de Claudio Riaño permitió un centro raspante, acompañado de una desinteligencia defensiva de Víctor Benítez, que le dejó servida la pelota a Guillermo Cosaro, quien experimentando en su nueva función de carrilero por izquierda, llegó en posición ofensiva y la mandó a la red. De ahí en más, vino el aluvión albiazul. Minutos más tarde, Riaño empujó un pase preciso de Lisandro Sacripanti al fondo del arco, y todo hacía presumir que al partido le faltaba solo que baje el telón. Maipú llegó invicto a Córdoba, pero su ejército perdió la batalla sin atenuantes ante Talleres. La marca de Lucas Parisi sobre Ramiro Pereyra no le dio los resultados esperados. En la mitad de la cancha todo fue de Miguel Monay y de Emiliano Gianunzio. De esta manera, Talleres fue solidificando el triunfo.

Ni rastros hubo de preocupación cuando Leandro Abálsamo, de cabeza, tras un preciso centro de Sebastián Coria, anotó el descuento, a los 22 minutos. Era cuestión de esperar. Y no tardó en aparecer la estocada final. Sacripanti, de penal, puso el 3 a 1, después de que el árbitro entendiera que hubo falta de Enzo Imbesi sobre el propio delantero.

Nada más. Al cotejo le sobró un tiempo. Coria se la pasó quejándose, sin generar peligro, y Talleres de contra, pudo ampliar, y de estar más fino en la definición, podría haber aumentado el marcador y humillado a su rival. Aunque no lo consiguió.

El elenco de barrio Jardín crece y no sólo en la tabla. Hilvanó cuatro victorias consecutivas, pero lo más destacable fue su producción, que comenzó a ilustrar su jerarquía. El DT Arzubialde encontró la fórmula. Aprendió a combinar los ingredientes y dejó la efectividad como su principal atributo. El mejor partido de la temporada en años para Talleres y ahora el nuevo desafío es mantener el nivel superlativo que mostró ayer en el Estadio Córdoba.