La árbitro dirigirá a la “T” por primera vez y habló de la lucha contra el machismol, de los penales que cobra y las referencias de su carrera.

Estela Mary Álvarez de Olivera, árbitro de Libertad de Sunchales y Talleres. Jueza en el fútbol, un medio que le depara lidiar con los prejuicios de jugadores, técnicos y colegas, hinchas y prensa, por el sólo hecho de ser mujer.

La misionera, de 30 años, dirigirá por primera vez a Talleres y fue la referencia inicial de una charla en la que admitió sus dificultades para desempeñarse en la profesión, sus errores, sus virtudes, los estímulos y los modelos a seguir caso Héctor Baldassi y Javier Collado. “Es la primera vez y espero que las cosas salgan bien. Trato de informarme de los equipos”, contó una de las siete juezas en AFA.

–¿Cómo va su carrera?
–Cada vez es más difícil dirigir. Es que tengo una forma de hacerlo... Para mí, una “faltita”, aunque sea en el área, es penal. No uso dos reglamentos. A veces me dicen que es un penal “chiquito” y eso no va.

–Se ve que la marcó mucho el partido de Cipolletti-Estudiantes de Río Cuarto, donde marcó cuatro penales...
–En el Argentino A, hay muchos agarrones y empujones, que no se cobran porque no se ven. No cobro lo que no veo. Pero si lo veo, no me voy a hacer la ciega. En ese partido agredieron al línea Walter Lago, buscamos alternativas para continuar. No es lindo para nadie que se suspenda, pero no se pudo continuar.

–¿Qué disfruta de ser referí?
–Muchas cosas buenas. Conocí mi país. Viajé a otros países, dirigí la final de fútbol femenino en los Juegos Olímpicos, en el Mundial. Son más las cosas buenas que las malas. Mi ilusión máxima es dirigir en Primera División. Me gusta como lo hace Héctor Baldassi, pero también admiro a Javier Collado.

–¿Qué la hiere?
–A veces los jugadores no están conformes conmigo. Pero no dicen: “Estela se equivocó”. Dicen: “Las mujeres tienen que ir a lavar los platos”. ¿Por qué no los expulso? No me lo dicen en el campo. Lo dicen en la prensa. Prefiero que digan “Estela Álvarez se equivocó”, en lugar de “las mujeres no sirven”.

–¿Qué tuvo que ver en su carrera su hermano Baldomero Álvarez de Olivera, intendente de Avellaneda y amigo de Julio Grondona, presidente de la AFA?
–Dirigí en la Liga de Luján, hice el curso, jugué Argentino A, B y C. No hay acomodo. Nadie puede entrar al campo por un apellido. Si tuviese acomodo ya estaría dirigiendo en la B Nacional o en Primera hace varios años. Y desde hace cuatro estoy en el Argentino A. Cada partido que me va mal es como volver a empezar. No puedo negar que tengo un hermano político. Pero jamás interfirió en mi carrera. La que entra al campo y la que tiene que defenderse de las agresiones soy yo.

–¿Aquel fuera de juego que marcó de un lateral le impidió seguir en la B Nacional?
–No. Estuve un par de partidos a prueba. Luego, fui a un Sudamericano de Colombia. Estuve un mes. En la jugada del lateral fue un error mío, porque no estaba concentrada. El asistente me levantó la bandera y creí que lo había hecho porque habría rozado en alguien. Lo vi por TV y quedó claro mi error.