Si Talleres retorna a la B Nacional, el juez mantendrá el formato actual de conducción, con el fideicomiso. Caso contrario, no se descarta un nuevo gerenciamiento.

La clasificación al pentagonal final, el buen momento deportivo, las onerosas recaudaciones y el ordenado manejo de los números en la faceta administrativa son aristas que convencen al juez Saúl Silvestre de mantener al mismo formato de conducción de Talleres, al menos hasta junio. Los informes trimestrales presentados por los fideicomisarios detallan que, salvo algunos meses, el club es autosuficiente. Asimismo, mientras versiones dan cuenta de que existen presiones en busca de un nuevo llamado a licitación, trascendió que en caso de ascender a la B Nacional, el magistrado continuaría con el mismo sistema de manejo. La intriga recae en el caso contrario, donde no sería descabellado que se convoque a un nuevo gerenciamiento.

La preocupación del mandatario del proceso tiene que ver principalmente con la incertidumbre en la viabilidad que puede conllevar un proyecto de autogestión que esté sujeto al presente deportivo. Hoy por hoy, Talleres puntero genera recursos para sobrellevar los gastos operativos tranquilamente, pero si el panorama no es favorable en ese aspecto, los ingresos no serían similares a los egresos.

El viernes pasado, Silvestre celebró una audiencia con Ernesto Salum, titular de la Fundación Azul y Blanco (entidad que auxilia financieramente al fideicomiso), a quien le manifestó que no es de su agrado una nueva concesión, pero que antes de tomar una decisión, esperará a lo que ocurra en junio. Si Talleres asciende a la B Nacional, con los tres millones que aporta la TV y otros ingresos, el fideicomiso continuará a cargo del proceso, eso fue confirmado por el juez, pero nadie se anima a vaticinar qué ocurrirá si el objetivo no se cumple.