Eso le dijo Tale a Día a Día. Se defendió: “Para actuar parcialmente (por el viaje) tiene que haber dos partes y acá no había dos partes (por Ateliers, que ya no estaba al frente del gerenciamiento)”.

“Me gustaría que en la Boutique hubiera una plaqueta que diga: ‘Gracias Tale por todo lo que hiciste por el club’”. No se le cumplirá el deseo a Carlos Tale, un juez cuestionado desde el 28 de diciembre de 2004, día en el que se decretó la quiebra de la entidad. Desde entonces, siempre recibió denuncias y si bien pudo sortear varias, la recusación le resultó imposible. Ayer, acompañado por su señora en Tribunales y aunque sin detenerse, aceptó dialogar con Día a Día.

–¿Se puede revertir su situación?
–Hay criterios que alguna vez se han plasmado. Si se va a revertir o no se va a revertir, yo, como juez, lo que tengo que hacer es defender mi integridad. Si las cosas han sido miradas de otra manera, por mí, no puedo hacer más nada. De mi parte tengo que acatar órdenes y respetar las decisiones. Uno no es parte, uno integra este poder y uno la tiene que acatar. Si hay gente que considera que la recusación está bien, o no; o si a alguien se le ocurre actuar en consecuencia, ésa será la única chance. Si no, se subirán los expedientes al Tribunal Superior y ahí se decidirá. Yo no puedo actuar y es un tema que me supera y no me compete. Tengo que respetar la decisión de la Cámara.

–¿Cómo tomó esta determinación? ¿Le cortaron las piernas?
–Esto es como la milicia, donde manda capitán no manda marinero. Acá, una Cámara dijo: “Hay que apartar a este juez de la causa, entonces este juez se aparta”. Yo he trabajado duro por esta causa, por Talleres. Y, como juez, sólo defendí mi competencia. Yo no soy de esos de que se sacan de encima los problemas o ando diciendo que es algo que no me corresponde o buscando excusas para pasarlas a otros magistrados. Me parece que eso es una imagen bastante fea que damos nosotros (los jueces) a la gente. Eso es lo que yo llamo un conflicto positivo. De decir que esta causa (la de Talleres) es mía.

–¿Y ahora cómo se siente? ¿Se sacó un peso de encima?
–No, yo sigo trabajando como corresponde. Aparte, en Talleres hay muchas causas. Esto no se va a terminar aquí. Está en manos de otro, no en las mías.

–¿Fue determinante su cuestionado viaje a México? ¿Cómo cree que actuó?
–Yo actué correctamente, muy bien.

–¿Pero no debió haber informado al Tribunal de su viaje a México? ¿No actuó parcialmente?
–Yo le pregunto a usted qué es lo que prefiere. Si encontrarse con un tipo sentado en un escritorio que le dice: “No, volvé la otra”. Y usted vuelve la otra semana y otra vez: “Volvé la otra”. Y así sucesivamente. ¿Usted prefiere eso? O alguien que le facilite las cosas con un trámite hecho. Y usted cuando llega otra vez ya tiene todo hecho. ¿Usted cuál de los dos funcionarios prefiere? Bueno yo soy de esos.

–¿Pero usted no actuó parcialmente?
–Para actuar parcialmente tienen que haber dos partes y acá no hay dos partes (Ateliers está afuera del gerenciamiento).

–¿Con esto duerme tranquilo?
–Ja, cuando tengo mucho trabajo me cuesta. Pero yo actué bien.

–¿Se siente con fuerzas para continuar al frente de la quiebra de Talleres?
–Pero por supuesto; más que eso.

Luego del díalogo, Tale no quiso ahondar en detalles y pidió no exponerse a más preguntas. Pidió disculpas respetuosas y no permitió profundizar la entrevista. Quedaron en el camino muchos interrogantes y, aunque prometió que contará todo a los medios, se fue con la frase con la que empezó: “Hoy no es un buen día para hablar”.