Roberto Saporiti sabe que todos los cañones le apuntan, pero no se achica. “Acá es donde se ven los hombres”, dice. El DT albiazul descartó que el resultado con racing sea decisivo para su continuidad y le pidió apoyo a la gente.

Las puertas cerradas de la práctica de Talleres se abren y el hombre sale sin prisa. Mansito. Pispea a su alrededor, observa un movimiento mínimo de hinchas y periodistas y se siente pleno. Sus ojos, achinados por el sol que copa el mediodía, escanean una desolación extraña para el desfile de personajes que acostumbra a exhibir la Boutique y la tranquilidad se hace dueña de su ser.

Es que Roberto Saporiti tuvo mucho que ver con la (poco habitual) paz que se respiró en barrio Jardín, en los días previos al clásico de mañana con Racing. Él fue quién ordenó que los entrenamientos se realicen en privado, que sean ajenos para todos aquellos que no jueguen o trabajen para el club. Él fue quien dictaminó que ninguno de sus futbolistas dialogue con la prensa, a excepción del capitán Federico Lussenhoff y de él, claro. Y ayer, en diálogo con Día a Día, el entrenador de la T explicó las razones de este distanciamiento público que buscó inculcar en su plantel.

“Institucionalmente Racing llega mucho más tranquilo que Talleres, eso es obvio. Por eso en esta semana he tratado de aislar a los muchachos. Busqué que estén lo más tranquilos posible y di la cara yo. Soy el conductor de este plantel y lo tengo que respaldar. Con ese carácter y esa convicción vamos a salir a encarar un partido que para nosotros es muy importante”, aseguró el entrenador albiazul.

Claro, la derrota en San Luis con Juventud Unida, más el descontrol de la barra-brava en las tribunas (un daño que le costará no menos de 50 mil pesos a Talleres) golpeó el ánimo interno de un equipo joven como el que comanda el Sapo. “Uno trata con su experiencia de contener al jugador en estos casos. El fútbol no es fácil ni mucho menos, pero yo soy un convencido de que en los momentos difíciles es cuando se ven los hombres. Acá hay que tener la espalda grande. Dirigir a Talleres no es sencillo. Es fácil opinar desde afuera, pero el que lo conoce de adentro sabe que el día a día de Talleres es un mundo complicado, en donde pasan cosas que exceden lo deportivo. Acá lo principal es defender al club. Talleres está antes que nadie”, manifestó el técnico.

Sin embargo, evitó hacer alusión al violento episodio del domingo pasado en tierras puntanas, al que, en su momento, el Sapo calificó como premeditado y armado por una persona recientemente desvinculada de la institución. “De ese tema ya dije todo lo que tenía que decir. No tengo nada que agregar. Lo único que sé es que el tiempo va a poner a cada uno en su lugar”, tiró.

Firme como un roble. Por los pasillos del Paco Cabasés el rumor ya comenzó a correr. “Mmm... si pierde con Racing lo más seguro es que se vaya”, susurran algunas voces chismosas en el seno del club. Sin embargo, el entrenador de Talleres se toma con soda este tipo de comentarios y afianza su postura pensando en lo que viene. “Yo sé que a la cabeza a la que se le apunta es a la mía, a la de Saporiti. Eso lo tengo bien en claro. Pero bueno, trataré de defenderme en todos los ámbitos en los que me corresponda. Yo sigo con todas las fuerzas, de eso no tengan dudas. Tengo los problemas que tengo como les pasa a todos y los asumo”, analizó.

–¿Qué tan determinante es para su continuidad el resultado que se obtenga con Racing?
–Es resultado es importantísimo, fundamental. Tanto para Talleres como para mí. Nosotros lo tomamos como una final. Igualmente, mi continuidad no está atada a lo que suceda el domingo y, si así fuera, yo no le tengo miedo a nada. ¿Qué me puede pasar a esta altura? El día que no me necesiten en el club uno lo va a asimilar. Nada más.

–¿Le preocupan la cantidad y la calidad de las ausencias que tendrá el equipo en el clásico?
–Vamos a tratar de parar el mejor equipo posible, pese a todas las ausencias que tenemos. No van a estar (Edgardo) Galíndez, (Miguel) Monay y (Roberto) Moreyra Aldana y eso no es poca cosa, pero tengo que tratar de reemplazarlos y armar el equipo que yo entienda que en el campo esté mayormente equilibrado para buscar el partido por todos lados. Estoy seguro de que va a salir un gran partido porque Racing es un equipo que juega muy bien. Ojalá que sea una fiesta y que se viva con paz y tranquilidad y ojalá que nosotros ganemos. Lo repito: Nos jugamos una final.