En el marco de una causa por fraude por la que ya fue condenado en México, y en virtud del incumplimiento del pago de un resarcimiento económico equivalente a 6.366.100 pesos argentinos, Carlos Ahumada se presentó ayer por la mañana ante el Juzgado Federal Nº 12 de Capital Federal, a cargo del magistrado Sergio Gabriel Torres.

Lo hizo después de haberse notificado el pasado domingo –al término del clásico Racing-Talleres, en la sede local de la Policía Federal– de un requerimiento de paradero y de un comparendo que, bajo apercibimiento de detención, le llegaron el último viernes desde el 12º Juzgado Penal de la capital azteca.

El trámite policial se cumplimentó a pedido de la Cancillería, que giró las citaciones a los domicilios de Ahumada en Buenos Aires y Córdoba, y –según fuentes policiales– en virtud de la complicación de la situación del actual gerenciador de Talleres.

Carta abierta. Antes de volver de México, donde estuvo la semana pasada, Ahumada dejó una carta abierta al Procurador General del Distrito Federal, Miguel Mancera, en tono por momentos socarrón, que fue publicada ayer por varios diarios mejicanos y en la que se declaró “inocente de lo que se me acusó”. “Me permito distraer su atención, imagino concentrada en tratar de resolver la terrible inseguridad que se vive en la ciudad de México, para hablarle de mi caso particular”, arrancó la misiva. “Tal vez lo subestimo y usted sí estaba enterado de la prescripción de la potestad para ejecutar las penas, y audaz –y si me permite decirlo, hasta pícaramente–, utilizó la notificación para distraer la opinión pública... Si es el caso, lo felicito porque lo logró”, dijo Ahumada. El empresario calificó el episodio como “un doloroso ejemplo de la politización de la Justicia” y concluyó su solicitada con la siguiente posdata: “Estaré atento a los medios de comunicación para recibir la disculpa pública según la Recomendación 19/2007 de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal”.