Talleres perdió 1 a 0 con Atenas de Río Cuarto.

Los amistosos de pretemporada suelen ser engañosos. Por distintos motivos, equipos que rinden en buen nivel de un día para el otro merman sus performances de manera asombrosa.

Le pasó a la juvenil escuadra de Talleres, que venía de ganarle bien a Las Palmas 1-0, pero que ayer, frente a Atenas de Río Cuarto, en la Boutique y ante unas 300 personas, jugó un pésimo primer tiempo y cayó 1 a 0.

Las ausencias de Miguel Monay, en el sector central del medio campo, y Damián Solferino, adelante, (fueron preservados por sendas cargas musculares) se sintieron, tanto como la falta de un conductor.

No lo fue Federico Arce en el primer parcial, como había sucedido ante Las Palmas, y lo fue sólo por momentos Agustín Díaz, en el complemento, cuando la "T" ya perdía y Roberto Saporiti decidió cambiar el sistema 4-4-2 por un 3-4-1-2.

En ese lapso, el Albiazul tuvo más la pelota y logró hilvanar, con orden, algo de fútbol asociado. Díaz se atrevió, Navarro buscó el área rival y los ingresados Baigorria y Rolón le dieron más dinámica al equipo.

Pero antes, Atenas, un equipo del Argentino B pero con un fucionamiento consolidado, terminó convirtiendo al arquero Leandro Requena en la figura del local. Con cada estocada de Porcal, el Albo del Imperio del Sur desnudó flaquezas defensivas que el Albiazul recién pudo corregir con el ingreso de Céliz.

Talleres lució como un equipo en formación y falto de rodaje, el que que sólo conseguirá con muchos más minutos de fútbol.