Lucas Godoy debutó como titular ayer y marcó un golazo. "Es para mi abuelo que está en el cielo", dijo.

Siguió la trayectoria de su remate mientras la pelota ingresaba en el arco de Guzmán. Miró un par de veces cómo se inflaba la red y comenzó a ver todo en cámara lenta. Sus compañeros festejaban su golazo y se acercaban a abrazarlo. Él no podía creerlo. Se pellizcaba para confirmar que no estaba soñando. Y, cuando comprendió que todo era una hermosa realidad, Lucas Godoy empezó a disfrutar de esa sensación inigualable: marcar un gol y ganar el partido, nada menos, que en su debut como titular.

"Estoy muy orgulloso por haber hecho un gol en mi debut. No sabía cómo festejarlo. Se lo dedico a mi abuelo que está en el cielo", fueron las palabras del pibe de 20 años, una de las máxima promesas de la cantera albiazul.

Pero Godoy no era el único que explotaba de felicidad. El vestuario entero de Talleres vivió el triunfo con una alegría poco común para los tiempos que corren en barrio Jardín. Cuarteto, cumbia. Los jugadores albiazules pusieron la música al palo, mientras disfrutaban del 3-1 conseguido sobre Independiente Rivadavia.

"Esto es increíble. Teníamos un rival difícil, en una cancha jodida. Perdieron puntos Los Andes y Almagro y ganamos un partido importante. Golpeamos en el momento justo. Ganamos con huevo y con fútbol. Ahora hay que ganarle a Chaca. Seguimos vivos", expresó Guillermo Báez. Finalmente, Emanuel Céliz consideró: "Jugamos con el corazón. Cuidamos el arco al final y nos metimos atrás por la desesperación de cerrar el partido, pero ganamos con justicia".