Carlos Ahumada y Armando Pérez vieron el clásico desde esquinas opuestas en la Boutique. Se saludaron, y siguieron el partido junto a su comitiva.

El gerenciador de Belgrano Armando Pérez no había confirmado su asistencia a la Boutique de barrio Jardín. Nadie de su entorno pudo cerciorarse previamente de su presencia, menos teniendo en cuenta que había anunciado que a lo mejor su figura iba a irritar a los hinchas de Talleres. Pero cuando llegó el colectivo con la delegación “Pirata”, llamó la atención verlo a Pérez casi en primera fila. Y fue el intendente del estadio, “Paco” Cabacés, quien le abrió la puerta, en muestra de fraternidad, buscando simbolizar el repudio a la violencia.

Arriba, en el palco del costado derecho, ubicados sobre la platea techada, bien a la izquierda, se ubicó Pérez y toda su comitiva. A su lado, el gerente general Jorge Franceschi, acompañado del vocero del club Abraham Rufail, y del asesor deportivo de Córdoba Celeste, el ex futbolista José Luis Villarreal. Talleres le tenía destinado ese lugar, donde puede garantizarse la mejor seguridad.

El titular de Ateliers Carlos Ahumada se acercó para saludarlo, intercambiaron apenas unas palabras, y regresó al palco ubicado justo en la parte opuesta del techo. A su lado, el vicepresidente de Relaciones Institucionales Carlos Sforzini, y el titular de cuentas Luis Maurillio Fuentes. Cada uno vivió el clásico a su manera, y en el final apenas cruzaron miradas.

“Quiero destacar la voluntad y la atención que nos brindó Talleres. El encargado de prensa (Luis López) se acercó en todo momento a preguntarnos si necesitábamos algo. Es valorable lo que hicieron”.

Ahumada, como de costumbre, se llamó a silencio y se retiró del estadio saludado por algunos hinchas. Incluso, a la pasada, prometió la construcción de un “museo albiazul”, en un futuro, a un grupo de hinchas que se lo consultaron.

Por su parte, Pérez, volvió a reafirmar que contra Talleres, Belgrano siempre hará de local en el Chateau Carreras. “No es que en Alberdi no hay garantías de seguridad, sino que no podemos privar al hincha de semejante espectáculo. Siempre será una concurrencia más masiva. Mucha gente va a quedar afuera en Alberdi, el marco es distinto”.

Los únicos insultos que recibió la gente de Córdoba Celeste fue al término de primer tiempo, cuando muchos de ellos fueron al baño, ya que fueron divisados desde abajo, y comenzaron a llover insultos. “No pasó a mayores, en el fútbol hay que acostumbrarse a esto, ya no sorprende. Fueron apenas algunos insultos”, tranquilizó Pérez.