Se lo dijo Daniel Willington a Día a Día. Y Juan Carlos Heredia está más que de acuerdo. En vísperas de otro Talleres-Belgrano, el Loco y la Milonguita, dos de los ídolos más grandes de la historia de la T y la B, hablarondel clásico y de todo.

Es como para agarrar e implorarle a alguien que le devuelva algo del pasado a Talleres y a Belgrano. Es una invitación a viajar por el tiempo en busca de una alegría. No hay caminos directos que conduzcan a las épocas gloriosas y, hacia adelante, las pistas son altamente difusas.

Exactamente, tres años atrás, Día a Día los había juntado y se propuso escarbar en una idéntica nota la realidad de la pelota, como para tratar de descubrir algún atajo que nos deposite en alguna respuesta. Es difícil. Cuesta encontrarlo aún. En vísperas de un crucial choque más, como allá por abril del 2006, los próceres más encumbrados de la historia de Talleres y Belgrano se reunieron en el bar La Previa, frente a la plaza de Alta Córdoba. Daniel Willington, el as de Talleres, y Juan Carlos Heredia, de los goleadores más emblemáticos que tuvo Belgrano en su vida.

“¡Chau Daniel!”, se repetirá el grito desde algún auto unas cinco veces mientras el Loco permanezca sentado en la vereda del bar. Y la respuesta será la misma: “Chauuuu... y la que te recontra a vos”. El corolario, el mismo: risas y más risas. Y Milonga no se duerme en eso.

Entonces, el contexto es el mismo que el de aquella vez en víspera de otro tradicional choque, entre nostalgia, alegría, bromas desopilantes, frases casi impublicables y una montaña de fútbol. Y, como Mahoma, fuimos a esa montaña, tratando de esquivar la chatura en la que estamos.

“Te morís, Daniel, me dijo el médico”, comenzó disparando Willington, tras pedirle el cortadito a la moza. “Me metieron en esas cámaras de rayos gama, enormes”, agregó. “Uh, eso sí que es un cajón de lujo, Daniel”, bromeó Heredia.

El cirujano, el doctor Conci, fue el encargado de la reciente intervención quirúrgica al Daniel. Por un aneurisma en la aorta abdominal lo operaron con éxito, semanas atrás, en el Instituto Modelo de Cardiología. “De pedo me lo detectaron. Si la acompañaba a mi señora, a que se haga ver un lunes. Justamente esos son los días en que yo me voy a pescar. Como no se pudo, entonces ella me pidió que la acompañara y mirá cómo se dio todo. Es el destino”, explicó mientras acariciaba el pocillo. Paradojas de la vida, un ex dirigente y fanático de Belgrano se encargó de sostener en vida al máximo referente de la historia albiazul.

“Eran tres de Belgrano, uno sólo de los médicos de Talleres”, agregó con una sonrisa. Y como para comerse un buen bocadillo antes de hablar del clásico de este martes a las 15, en barrio Jardín, se despachó: “Ah, no sabés lo bien que anda mi viejo (Atilio, ex jugador y referente del Talleres de los ‘50). Ya tiene 89. Uh, no sabés, vive solo, no quiere vivir con nadie, que no lo jodan. El otro día me pregunta, ‘¿Cómo andás, Daniel?’; y le digo: ‘Me tienen que operar’. Y me responde: ‘Ah, qué bien, te felicito’. ¿Podés creer vos... ese viejo? Andá a la puta que te parió, es un guanaco”.

Hablemos de ¿fútbol? Costó mucho. El sentimiento es agridulce. Las fotos no salen del sepia. El color no asoma en los labios. Los viejos lo sufren, lo sienten, lo padecen. Como hinchas que son, ya alejados de las canchas, sacan algunos trapitos de fútbol, aunque cueste encontrar un sol.

–Hace tres años hicimos esta misma entrevista, ¿cambió algo?
Heredia: –Algo, un poco.

–¿Qué cambió?
H: –Y, ahora juegan un poco peor. Hace unos años jugaban por algo más. Y había dos o tres que más o menos la movían.
Willington: –No sé que puede pasar. Imaginate que ahora juegan los martes, ja.

–Pero Belgrano tiene más chances.
H: –Sí claro, sólo eso. Todos los años es lo mismo. La otra vez era Talleres el que tenía chances, ahora Belgrano, pero nada más. Pero los clásicos son así, aparte.
W: –La camiseta de Talleres, de Belgrano, de Instituto, no es para que la use cualquiera. Ya no van por el fútbol, van por otro lado. Y ahora todos quieren ser mediáticos.
H: –Es muy distinto todo.
W: –En el tiempo nuestro, en el acto te echaban del club. Uno no fue santo, pero jueguen, demuestren que tienen sangre. Yo no fui un angelito, pero cuando entraba a la cancha me transformaba. Uno tenía prestigio y personalidad. Ahora es como si nada. Van a fin de mes, cobran, Talleres se fue al descenso y se van. Después vienen otros y seguimos en la misma mierda.
H: –Antes, los de Buenos Aires no te ganaban así nomás como ahora.

–¿Si se “jugara” ayudaría algo?
W: –Yo cuando he sido técnico nunca me preocupé por la vida privada de los jugadores. Si me cumplían con el trabajo de la semana y el domingo jugaban bien, bárbaro. Sino, yo los encaraba y les decía por qué los sacaba.

–¿Que se juegue en barrio Jardín, les trae alguna sensación?
W: –Se tendría que haber jugado en el Chateau. ¿A dónde está Talleres jugando ahora? Peleando el descenso, perdiendo plata. Lo tendrían que haber jugado en el Chateau, en barrio Jardín no van a entrar todos. Sabemos la hinchada que tiene Talleres.

–¿En otras épocas cómo era jugar en el barrio?
H: –Era hermoso, incomparable.
W: –Te puedo hablar de muchos equipos más allá de Talleres y de Belgrano. 40 años atrás había muchos equipos. ¿Ídolo es Oste porque hizo un penal? Hay que tener años en un club y representar a la camiseta. Hoy no se hablan de una enorme cantidad de nombres de Talleres, Belgrano, Instituto, Racing, de figuras que hoy no se podrían nombrar porque no los encontramos y nadie los recordará.
H: –Antes era otra cosa...
W: –Hay folklore en las tribunas, pero la música es distinta...
H: –Era distinto, entraban los hinchas mezclados por la misma puerta. Ahora uno por la Colón y el otro por la Rafael Núñez.

–¿Hace cuánto que no siguen bien a sus clubes?
H: –Yo lo sigo a Belgrano, pero a Talleres, a Instituto y a Racing también, pero a través de los medios.

–¿Hace mucho que no van a la cancha?
H: –Un solo partido, con Unión de Santa Fe, porque me hicieron un homenaje en la cancha.
W: –No voy a la cancha yo. Hace muchos años que no voy.

–¿Y ahora, si lo llaman de Ateliers para entregarle alguna plaqueta?
W: –No, ni me conocen, no me interesa. Ponele que Paco (Cabasés) venga o la hinchada, se la voy a aceptar porque viene de ellos.
H: –Somos los eternos olvidados. Es así hermano, mirá si Luisito Galván ¿no podría estar dirigiendo?. Campeón del mundo, un señor.
W: –Es que él dice lo que piensa.

–¿Cómo analizan los gerenciamientos?
H: –Bien, (Armando) Pérez bien, bien las inferiores, bien el predio está hermoso. Hay comodidades, parece un club en serio. Lo que le faltan son los resultados, logros, ascender.
W: –Recuperaron la Boutique, pero no es gestión pintar una cancha. Prefiero armar un buen equipo, respaldar un proyecto a pintar una cancha y pelear para no irte al Argentino. Lo de Talleres estuvo todo hecho y desapareció. Ahora no sabés qué va a pasar. Talleres tuvo un equipo, un buen predio, un buen presidente. Ahora nada. En Talleres seguimos con el “teníamos”.

–¿Pero no es en parte un mal general del fútbol?
H: –El fútbol de Córdoba tiene cáncer. De momento se está esperando una medicina, pero ¿cuál es?
W: –Es como el chinchón. Los dirigentes fueron así: “Robá vos que después me toca a mí”. Yo no sé qué querrán hacer con los gerenciamientos. No sé Pérez, menos Ahumada que vive en Buenos Aires y ahora se vino a Córdoba hace un mes porque el equipo se va al descenso.
H: –No parece que esto cambie. Ni hablar de Las Palmas, Escuela, peor. ¿Qué ganan? El cáncer es acá, y está en el fútbol, en los clubes. Y como siempre, cuando le den bola a las inferiores en serio...

–Justo hay dos casos en Huracán, uno Bolatti (ex Belgrano) y el otro Pastore (ex Talleres).
W: –Bueno ahí nos metemos en otro terreno. Hay muchos chicos que se fueron, que alguien dio la autorización y que no están más en los clubes. A España, Francia, y varios clubes de Buenos Aires. Mejor no hablar ni mencionar a nadie, pero todos lo sabemos. Acá no hay comisiones directivas, un carajo. Sólo la cancha y los colores de la camiseta.

–¿Qué se rescata hoy de los jugadores en sus puestos?
W: –(interrumpe el Daniel) Yo de Talleres no conozco a ninguno... pero sé que Zermattén es un buen jugador, se nota. ¿Pero con quién tiene que jugar? Con un 9 como Salmerón y con un 8 como Cabrera, pero te juegan 10 minutos y listo. Y no puede ser que Talleres dependa de los huevos que ponga Lussenhoff. Para mí es un jugador que no tiene condiciones, pero dentro de la cancha tiene unos huevazos bárbaros. Ojalá que todos tuvieran esa actitud en la cancha.

–Milonguita, ¿les gustan los delanteros de Belgrano?
H: –Me gustaba Cuevas en Talleres, pero en Belgrano no demostró nada todavía. Chavarría es un buen proyecto, pero hay que esperarlo. En Belgrano, delanteros como el negro Cos no se ven. Y hoy hacés un gol en Talleres o Belgrano y ya sos ídolo, imaginate.

–¿Entonces no hay más clásicos?
W: –No, ahora juega la gente los clásicos, los jugadores no juegan un carajo. Antes lo jugaban todos.
H: –Cambió el juego además y las situaciones. Se dice el clásico, pero ya no se vive como antes.

–¿Qué más cambió?
W: –Hasta las canchas, las camisetas, los botines, la pelota...
H: –Los fulbo son una plumita.
W: –Y antes, si le pegabas mal se te cagaban de risa, ahora te aplauden.