Wilchez llegó al gol y recuperósu protagonismo ante Olimpo.

Siempre es una buena noticia que “reaparezca” un talentoso. Sobre todo si es en tiempo y en forma. Lucas Wilchez, de él se trata, tuvo un partido esperado ante Olimpo de Bahía Blanca, con una continuidad y una gravitación mucho mayor a la que mostró en los partidos que Talleres perdió ante Aldosivi y Unión.

Hizo pesar su gambeta, su habilidad y tuvo la continuidad que se le pedía; al momento del 3-0 parcial y cuando la “T” se quedó sin Zermattén, se hizo cargo del equipo. Y todo lo hizo desde la izquierda, la posición que le asignó el DT Juan Amador Sánchez, esa que le permite llegar por sorpresa, como en el gol que le tocó marcar.

“En el arranque del campeonato no me había sentido bien. No sé si había sido un desastre, pero pienso que puedo dar mucho más. Ante Olimpo, el equipo anduvo bien en líneas generales. Y yo me sentí muy cómodo. Estaba contento. En la semana se había hablado de que tanto Zermattén como yo no aparecíamos. Ayer (por el lunes), aparecimos y pudimos ganar”, expresó “Luquitas”.

–¿Qué tuvo que ver la posición en la que arrancás?
–En el plan de Sánchez yo soy carrilero. Por izquierda. Pero a la hora de pedir la pelota, Sánchez me pide que me suelte. Y cuando la perdemos, me pide que trate de llenar (sic) el medio. Que no se pierda la línea de cuatro volantes. Ése es mi trabajo. Cuando la tenemos me pide que me mueva por donde quiera. Si me voy muy adelante, tiene que ver con una lectura de juego. El partido te va llevando a zonas claves.

–¿Te quitó presión no ser enganche?
–Estoy llegando mucho al gol. Lo siento. En esta posición llego más de sorpresa.

- De la goleada al 3 a 2
- Después del gol de Cobelli, nos quedamos tranquilos, pero no nos relajamos. Nos descuidamos y se pusieron 3 a 2. Se hizo más difícil. Hasta nos pegaron un tiro en el travesaño. Tuvimos chances para definirlo, pero no se pudo”, argumentó Wilchez con respecto a lo ajustado del triunfo de Talleres sobre el equipo aurinegro.

–¿Cómo se vivió en el vestuario?
–Se vivió una alegría bárbaro porque este año arrancamos perdiendo y eso no estaba en los planes de nadie.

–¿Cómo influyeron las críticas de Carlos Sforzini, vicepresidente de la gerenciadora Ateliers SA?
–A nadie le cae bien que un dirigente hable así del grupo de jugadores. Sabemos dónde estamos. No hizo bien. Lo habrá dicho en un momento de calentura y no sé si es entendible. Pero después pidió disculpas. Ya quedó en el olvido.

–La verdad: ¿extrañan a Humberto Grondona?
–Dejó una buena imagen y le estamos agradecidos. Ahora es el turno de Juan Amador Sánchez, que es un técnico parecido a Humberto Grondona. El actual entrenador es abierto y habla bastante con nosotros. Son muy buena gente, los dos.