Talleres no perdonó arriba y le ganó 3-0 a Quilmes.

"Que ganen como sea". No había un hincha de Talleres que no dijera esa frase. En el marco de su cultura futbolera actual, el juego de su equipo podía ser tan determinante para el resultado como la suerte o el factor "H".

Ahí estaba el desafío. ¿Cómo reaccionaría Talleres ante el clamor de los 12 mil hinchas que habían convertido a la Boutique en una olla de presión y frente a un Quilmes que tenía suficientes elementos para amargarlo?

Y reaccionó bien. Talleres jugó a su propio ritmo: maximizó virtudes con la sintonía fina que manejaron sus goleadores, administró la victoria parcial y la convirtió en un 3-0. Dejó la imagen de un equipo que hizo honor a una campaña que pinta para ascenso, pero que no le alcanza para salir del descenso directo, por obra y gracia de las dos campañas anteriores.

Pegó primero. Talleres salió a presionar a Quilmes, que viendo la necesidad de su rival eligió un planteo más especulador. Las marcas personales de Gastón Stang y Emanuel Céliz sobre Diego García (se conformó con hacer "fulbito") y "JJ" Morales, respectivamente, le permitían creer que tendrían un desequilibrio tarde o temprano. Pero fue la "T" quien se adelantó.

De un lateral de Julio Buffarini, la pelota fue recibida por Salmerón dentro del área y de media chilena habilitó a Sebastián Cobelli. El cabezazo del rubio pelilargo fue a descansar a la red y significó el 1 a 0, a los 25 minutos de juego.

Ahí nomás, Quilmes pudo empatarlo, pero el tiro final de García fue sacado por Lussenhoff casi sobre la línea. Minutos después, Talleres volvió a demostrar que tenía a sus goleadores derechos para el arco. A los 37 minutos, Salmerón se animó a bajar un pelotazo de Azcurra y sin marcas definió cruzado, inalcanzable para Pontiroli.

Goleada. La "T" administró el 2-0 y lo convirtió en goleada. A los 27 minutos del complemento, Lucas Wilchez apareció en el juego: bajó un pelotazo de Esquivel, desbordó a su marca y su pase terminó con el toque de Moreira (relevó al lesionado Salmerón) a la red.

En pocas palabras

Goles son amores. Quilmes prometía todo con García y Olivares, pero Talleres estuvo más fino: Cobelli y Salmerón lograron el 2-0.

La goleada. Además de la contundencia, el equipo de Humberto Grondona sostuvo la victoria con orden y claridad para hacer correr la redonda. Moreira logró el 3-0.

Las figuras

Sebastián Cobelli (8). Anotó el gol de la apertura, pero fue una señal de peligro todo el partido.

Luis Salmerón (8). Inteligente en habilitar a Cobelli en el 1-0, exquisito en la definición del 2-0.

Emanuel Céliz (7). Borró de la cancha a uno de los goleadores del torneo: Juan José Morales.

El árbitro

Patricio Loustau. Arrancó bien, pero luego empezaron las complicaciones. En el primer tiempo debió expulsar a Fassi, el defensor de Quilmes.