Talleres venció a la CAI, es escolta y achicó distancias en los promedios.

Un calor terrible como el de ayer deja sus marcas por varios días. Sobre todo si el cuerpo recibió el sol de frente por más de dos horas. Pero los hinchas de Talleres, los 11 mil que estuvieron en la Boutique, se bancarán gustosos el "tostado" porque pudieron presenciar la victoria de los dirigidos por Humberto Grondona ante la Comisión de Actividades Infantiles por 1-0.

El triunfo adquirió un valor numérico indiscutible e hizo mucho más llevadera para los hinchas esa extraña sensación de simpatizar por un equipo candidato al ascenso, pero con riesgo de descenso.

Todo Talleres vive en esa doble lectura que se hace de cada resultado que obtiene. Por ejemplo. Con el 1-0 ante la CAI, el equipo de barrio Jardín cortó la racha negativa que se había iniciado con el 2-3 frente a Chacarita y que continuó con el 0-2 con Instituto. El triunfo de ayer le permitió colocarse a un punto del líder Atlético de Rafaela e igualar a Belgrano.

Y si se mira la tabla de los promedios, Talleres achicó a 10 unidades la diferencia que le llevan Tiro Federal de Rosario e Instituto (tiene un partido menos), sus rivales inmediatos en la lucha por salir de la zona de reválida.

En cuanto al valor futbolístico de la victoria de ayer, está claro que fue relativo porque sufrió bastante para mantener la mínima diferencia ante un rival que lo complicó en demasía. Y eso que el escenario del que dispuso Talleres fue el mejor ya que, como nunca, se puso en ventaja a poco de iniciado el juego y dispuso de superioridad numérica por más de un tiempo.

Picos de emotividad. La tarde de ayer tuvo dos picos emotivos. El gol de Sebastián Cobelli, a los 9 minutos de juego, y el tiro penal que Martín Bernacchia le atajó a su colega Emanuel Trípodi, a los 21 minutos del complemento.

Por ese gol, el séptimo en Talleres, Cobelli mereció un "tratamiento especial" por parte de la gente. Cada vez que la tocó, fue ovacionado. Ni hablar de cuando fue reemplazado por Pablo Azcurrra a los 17 minutos del complemento. "Hicimos el gol en el momento justo y nos aferramos al resultado. Fue el gol más importante desde que estoy en Talleres porque había que ganar", dijo el delantero, cuyo paso en Belgrano, parece muy lejos en el corazón de los hinchas.

El arquero albiazul, también estaba emocionado porque, tras el debut en el clásico, fue ratificado hasta el final de la rueda. "Sufrimos demasiado. En el penal, Romero es el que me choca. Lo pude atajar porque Trípodi le pegó en forma displicente y me 'cantó' la punta donde la iba a colocar. Fue un desahogo. Si me lo hacía, iba a ser una c... Le dediqué el penal al DT Grondona, que me ratificó", contó el "1".