Pasaron 24 días de aquel frustrado clásico entre Talleres e Instituto, y en el saldo, el elenco de barrio Jardín asoma un poco más diezmado que en aquella oportunidad, con la baja sideral de dos jugadores vitales en su estructura, como el arquero Valentín Brasca y el volante Gastón Stang.

Parecía que el destino tenía escrito la ausencia de Stang ante Instituto, ya que el 25 de octubre el platinado no iba a estar por suspensión, y esta vez tampoco participará por la misma razón. No obstante, la vacante de Brasca es la más preocupante, porque venía siendo una de los puntos altos del equipo. De todos modos, el reemplazante es un experimentado como Martín Bernacchia, quien tendrá su bautismo en el certamen, pese a que hace mucho que no juega oficialmente.

Pero a nivel anímico, Talleres llega un poco golpeado, ya que se le cortó una racha de 12 partidos sin caídas el último jueves ante Chacarita, después de hacer un enorme desgaste. El mes pasado, el albiazul encaraba el “derby” ante “La Gloria” con el ánimo revitalizado por haberle empatado el clásico a Belgrano, ante 38 mil hinchas celestes. ¿Cuánto puede influir el partido previo? El elenco de Humberto Grondona dio muestras suficientes de saber sobreponerse ante las adversidades. Pero da la sensación de que la primera vez estaba más fuerte espiritualmente, aunque quizá la necesidad de revancha por la racha que se cortó más la latente posibilidad de alcanzar a Belgrano en la cima de las posiciones, puede servir de incentivo para volver a la senda triunfal mañana.