El clásico Talleres-Instituto va más allá del duelo en la cancha de fútbol. Cristian Basualdo y Ezequiel Lázaro asisten a la iglesia evangélica Cita con la Vida. “Encontré protección en la Palabra del Señor”, señaló el volante de la “T”. “Me hace sentir bien, me ayuda”, comentó el albirrojo.

“Sólo le pido a Dios” es una canción de Mercedes Sosa a la cual las hinchadas del fútbol la adoptaron para alentar a sus equipos. Y en la previa, esa frase también toma relevancia, porque no son pocos los que antes de los partidos, augurando una ayuda divina desde el cielo, rezan por la suerte del club de sus amores. Una tendencia que comenzó a crecer en la actualidad es con los propios protagonistas. Ya es común que los deportistas se aferren a la religión, en busca de un apoyo espiritual y de fuerzas anímicas, para afrontar los compromisos y los sacrificios que realizan. En Córdoba hay casos de sobra, y en la antesala del clásico entre Talleres e Instituto, las iglesias, los rezos, tendrán mucha actividad, pese a que todavía no hay certezas sobre qué club es el “favorito” de Dios.

LA MAÑANA juntó a Cristian Basualdo y a Ezequiel Lázaro para que cuenten sus experiencias.

ENTREVISTA A CRISTIAN BASUALDO

“Dios no gana partidos por El solo”
Por Federico Jelic

El volante Cristian Basualdo es la variable de ajuste de Talleres. Pese a que por naturaleza es volante central, desde que llegó a barrio Jardín tuvo que adaptarse a varios puestos impensados, como de lateral derecho e izquierdo. Su voluntad tiene mucho que ver con la solidaridad que obtuvo por intermedio de la religión. El ex volante de Gimnasia de Jujuy y Unión concurre en Córdoba desde hace dos años a la iglesia evangélica “Cita con la Vida”, que le ayuda a sentirse satisfecho en la faceta espiritual y que también le sirve de refugio: “Por suerte, aprendí a tener una relación directa con Dios y me sirvió de mucho. Comencé a caminar de una manera diferente en la vida, conociendo los principios a través de la palabra y me siento feliz. Y eso me da fuerzas para brindarme al máximo en Talleres, estar acá es una bendición”, comentó Basualdo.

-¿Cuándo empezaste a volcarte en la fe?
-Hace cuatro años que concurro periódicamente, y siempre pido por mis familiares, mi hija, mis compañeros, y también rezo para que siga tratando de hacer las cosas bien en el equipo al que represento.

-¿Por qué motivos empezaste a concurrir a ese templo?
-Fue en un momento difícil de mi vida, había fallecido mi padre y me costó mucho sobreponerme. Llevaba una vida un poco desordenada, bastante diría yo, y encontré mi mayor protección en la palabra de Dios. Ahí comencé a transitar la senda que nos brinda el Señor y lo tomo como una bendición.

-¿Quién te llevó a conocer la palabra de Dios?
-Fue un compañero que tuve en Juventud Antoniana, el ecuatoriano Alberto Montaño. Cuando llegué a Córdoba no quise perder contacto y nos acercamos a “Cita con la Vida”.

-¿Alguien más del plantel te acompaña?
-Sí, (Matías) Quiroga, Edgardo (Galíndez)... Del plantel pasado también había varios, porque en las concentraciones hablábamos del tema y a la mayoría les gustó la idea.

-Ahora es normal que los deportistas tengan apoyo en la religión...
-Hay muchos casos. Es que muchas veces hay tantas presiones que se necesita un respaldo anímico y espiritual. Y la palabra de Dios lo puede todo. Nos da mucha sabiduría.

-¿Qué piden puntualmente los deportistas?
-Antes de cada partido, rezamos una oración para que no haya lesionados, y el anhelo de corazón es ganar, pero si no va acompañado de las obras, no tiene sentido. Las dos cosas van de la mano.

-En tu caso, ¿tenés algún apoyo material en los partidos?
-Sí, debajo de la camiseta llevo una remera con una inscripción que dice: “Pon a Jesús en tu corazón, como al Señor en tu día”. Es una guía espiritual importante.

-Me imagino que ahora vas a pedir que ganen el clásico...
-(Risas) Lógico, pero Dios no gana partidos por El solo, tiene que ir acompañado de nuestro trabajo. Yo pido que me dé valentía, y que mi esfuerzo en la cancha sirva para el equipo. Pido fortaleza, quiero rendir de manera óptima y eso se logra con sacrificio. Dios no es hincha de un equipo, apoya a todos los hombres por igual.

ENTREVISTA A EZEQUIEL LAZARO

“Dejamos el fútbol en manos de Dios”
Por Marcos Villalobo

La Biblia narra en el Evangelio de San Juan el milagro de la resurrección de Lázaro por intermedio de Jesús. En Instituto se puede contar la historia de Ezequiel Lázaro, quien hace ocho meses se encontraba sin club y casi desaparecido del mundo futbolístico, y el último viernes fue la figura en la resurrección de la “Gloria” en el torneo, ante Aldosivi. Pero, nada es casualidad, la evolución mental y deportiva del mediocampista, él la asocia a su acercamiento a Dios.

LA MAÑANA dialogó con Lázaro en la previa al clásico frente a Talleres y el volante, que se prepara para enfrentar a su ex club, cuenta su relación con Dios y cómo ello lo “hace sentir bien y lo ayuda siempre”.

“Estoy asistiendo a la iglesia de “Cita con la Vida” en calle Salta, porque me siento muy bien, muy cómodo y me tranquiliza mucho estar en ese lugar. Me hace bien”, narra, en tono pausado, el zurdo mediocampista, y agrega: “Tengo muy buena relación con los pastores Sergio y Carlos Belart. Me ayudaron muchísimo en los meses que estuve sin club, me apoyaron y me aconsejaron mucho”.

-¿Cómo es tu relación con Dios?
-Dios siempre está conmigo y me acompaña en todo momento. Constantemente le pido que me ayude en la vida y siempre lo hace, me ayuda para lo mejor.

-¿Le pedís que te ayude por ejemplo a ganar un partido?
-Mi relación con Dios va más allá de eso, es para estar bien, tranquilo, y no volvernos locos y desesperarnos. Es para que nos guíe. El fútbol lo dejamos en manos de él, pero no le pedimos que nos ayude con un resultado deportivo.

Lázaro evolucionó considerablemente en su juego desde que llegó a Instituto, a tal punto de ganarse un lugar en el sector izquierdo del equipo titular. El volante explica: “Me siento mucho mejor. Jorge (Ghiso) me pedía calma, que cuando me viera bien me iba a poner y lo hizo. Hace ocho meses estaba sin club y ahora vivir lo que estoy viviendo es impagable. Estoy feliz por esta nueva oportunidad que me dio Instituto”.

-¿Está relacionado también con tu acercamiento a Dios?
-Cuando vos hacés bien las cosas, Dios siempre te ayuda y voy a tratar de seguir haciéndolo de la mejor forma para que me ayude para poder seguir adelante.

No será un partido más el del sábado para Lázaro, ya que el ex jugador de los seleccionados juveniles surgió de Talleres. A propósito, afirma: “Tengo lindos recuerdos de Talleres, pero ahora defiendo estos colores, que son los que le están dando de comer a mi familia y los voy a defender a muerte”.

-¿Cómo creés que te van a recibir los hinchas de Talleres?
-No sé cómo me van a recibir los hinchas. Cuando estuve en Talleres di todo, es entendible que llegue algún insulto porque estoy en el rival. Pero no hay problemas, tengo muchos amigos en ese club.

-¿Es una final por la permanencia?
-Prefiero pensar en alcanzar a los de arriba, antes de mirar la tabla de los promedios. Vamos a hacer todo lo posible para que Instituto gane y esté donde tiene que estar: en Primera División.