Valencia y Martellotto, dos talentosos que están en la historia de Talleres y Belgrano, se juntaron para hablar del partido que todos quieren jugar.

Parece ayer nomás, pero hace varios años que Daniel Valencia y Germán Martellotto colgaron los botines. Pero el fútbol no los dejó y hasta les brindó el reconocimiento debido: hoy, "la Rana" es el coordinador general del fútbol de Talleres, el club que lo transformó en una figura nacional en los '70, indiscutido en la selección de Menotti; y "el Tato" es el entrenador de la quinta división de Belgrano, la institución que en los '80 lo catapultó al fútbol mejicano, donde brilló tanto como en Alberdi.

Ayer, La Voz del Interior los convocó para hablar del clásico que viene y de alguno que otro que, alguna vez, los juntó en el mismo terreno de juego. Martellotto fue el primero en llegar. Valencia lo hizo algunos minutos después y, desde el saludo inicial, se nota que hay mucho de respeto y admiración mutua, que no tardó en quedar explícita.

"Jugué clásicos en momentos en que Belgrano había apostado a un proyecto nuevo y en un momento difícil del club. Recuerdo haber jugado muy joven contra equipos de Talleres plagados de figuras consagradas, como Daniel. En aquél momento lo disfruté como jugador y hoy como persona. Me pone muy feliz que esté trabajando en Talleres, porque le va a aportar mucho al fútbol de Córdoba", rememoró Martellotto.

La respuesta de Valencia no tardó en llegar: "Tato jugaba en el mismo puesto mío y yo siempre me fijé en los '10'. Es recíproca la admiración y coincido en que los futbolistas que dejaron algo no pueden ser aves de paso en nuestros clubes".

Los dos se jactan de haber perdido poco y nada contra el rival de toda la vida. "No recuerdo haber perdido nunca contra Belgrano", disparó Valencia, y Martellotto, incrédulo, le clavó la vista y prefirió el silencio.

Los escenarios posibles. El tema del clásico que viene no tardó en aparecer. Aunque cada uno tiene el corazón en los colores que marcaron a fuego sus respectivas trayectorias, los dos fueron muy analíticos a la hora de imaginar lo que puede pasar el sábado en el Chateau.

Martellotto hizo punta: "Siento que Belgrano no va a perder su orden defensivo, que es la base de los buenos resultados que consiguió. Me cuesta creer que el equipo se vaya a desordenar. Talleres tiene gente rápida y desequilibrante, pero Belgrano lo sabe. Seguramente tomará de manera escalonada la marca de Wilchez, que es uno de los jugadores distintos que tiene la categoría, y tomará recaudos especiales en las pelotas detenidas. Y, con paciencia, va a buscar elaborar la jugada que le permita desequilibrar y, después, cuidar la ventaja. Creo que va a ser cerrado y no creo que abunden las situaciones de gol".

Valencia coincidió parcialmente y tomó la posta: "Ningún técnico manda a su equipo a esperar. Si aparecen los espacios, nadie se queda atrás. Conozco a Dalcio, sé cómo trabaja y no es casual que a Belgrano le hagan pocos goles. Pero ojo que Talleres tiene jugadores para ir al frente y, con Wilchez y Zermattén, tiene fútbol para desequilibrar. Va a ir a buscar el partido, pero no creo que arriesgue más de la cuenta. Yo también pienso que va a ser un partido cerrado".

Después, llegó el tiempo del brindis por el objetivo compartido por todos: que sea un clásico en paz y que, dentro y fuera del estadio, prime la cordura.

"¿Cuándo sale la nota?", preguntó Valencia antes de marcharse, con la misma expectativa que Martellotto. En el fondo, los dos saben que hoy la mueca nostálgica será inevitable en los lectores memoriosos y hasta adivinan el comentario que sobrevendrá: "¡Qué jugadorazos eran éstos!, ¿no?".