El 1-0 a All Boys dejó a Talleres segundo, antes del aniversario y del clásico.

Pese a haber quedado segundo y a todo lo que estaba en juego ante un rival directo en la lucha por no descender, Talleres saboreó el triunfo 1-0, anoche ante All Boys, como si fuera un aperitivo. De hecho, el pueblo albiazul sufrió y gozó como siempre, pero con el aditamento que representa la proximidad del cumpleaños número 95, que celebrará este domingo, y del clásico ante Belgrano, el sábado 18 a las 16.35, en el Estadio Córdoba.

Desde temprano, el aniversario que viene para la “T” estuvo presente en la Boutique, ya que se distribuyeron panfletos y banderas alusivas. Después, el equipo se encargó de contagiar ese espíritu a los hinchas y de regalarles un triunfo que cotiza en alza, en épocas que las finanzas lo hacen en sentido contrario, en el mundo entero.

Cuando los ecos de la victoria todavía resonaban (“jugando de noche ganamos siempre”, recordó un plateísta), se soltó la dedicatoria al rival que viene, el Pirata, aludiendo a que “cada vez falta menos” para verse las caras.

Cuando los jugadores se iban retirando del campo de juego, hubo ovaciones con dedicatoria a cada uno de ellos. Salmerón, Stang, Lussenhoff, Quiroga... y así uno tras otro.Y hasta emergió el respaldo para el gerenciador: “Ahumada no se va”, fue el grito que varios compartieron.

“Se viene una semana especial. Jugamos el clásico y hay que preparar el partido de la mejor manera. En mi carrera jugué varios clásicos y sé lo que significan”, dijo Cristian Zermattén, uno de los experimentados que intentará transmitir ese aliciente a sus compañeros.