Dos goles del platinado zaguero, uno de Salmerón y la descollante actuación de Wilches, le dieron a Talleres un festejado 3 a 2 sobre Almagro, rival directo en los promedios. La victoria llegó en la última bola de la noche.

Talleres jugó un tiempo para ganar con comodidad y otro para sufrir eternamente. En uno, el primero, le alcanzó con la sola intención de jugar la pelota redonda dándosela a Lucas Wilches, en sociedad con Zermatten, para imponer condiciones futbolísticas y en la red ante un Almagro que en sintonía con las especualciones previas, no dio el target de ser un rival de cuidado.

Pero como siempre ocurre, el fútbol mismo se encarga de borrar de un plumazo los vaticinios de los sabiondos de café y cuando parecía que Talleres tenía todo absolutamente controlado con un 2 a 0 inapelable, revivió Almagro a partir de un solo acierto y con eso la realidad de un partido, que le coqueteó audazmente al equipo cordobés, comenzó a cambiar de una manera impensada. Como esas señoritas que te miran insistentemente en el baile y si no te arrimás y las conquistás terminan mirando o amagando irse con el candidato menos apuesto de la noche.

¿Pero qué pasó? Simple. Talleres se abatató y perdió el control de sus propias capacidades cuando Almagro hizo pie y empezó a convertirse en un rival temible. La primera etapa fue casi toda favorable para los de Humberto Grondona. Lo de casi se sustenta en aquel gol de Hernán Pérez que le puso una cifra peligrosa al resultado del primer tiempo, teniendo en cuenta que Talleres había hecho todos los méritos para cerrar la etapa tranquilamente. Porque había jugado para eso y porque con Stang primero y con un golazo del «Pupi» Salmerón en la culminación de una maniobra exquisita de Wilches, había puesto una cifra en apariencia inalcanzable para un equipo con muy poquito gol como Almagro.

Pero el descuento de Pérez, en la única vez que el conjunto tricolor tiró al arco de Brasca, quien manoteó sin poder retener, generó un rumor de confusión y de preocupación dentro y fuera de la cancha en la comunidad albiazul. Tanto fue así que en el complemento la historia varió en forma radical. Para ello, contribuyeron dos o tres argumentos puntuales: a los 6 minutos Cobelli se hizo expulsar de una forma infantil para su experiencia y ahí nomás, en medio del desconcierto albiazul, ese buen delantero que es Cayetá puso en la noche lo que nadie quería ver aunque muchos se imaginaban. El empate para llenar de zozobras a un Talleres que vio caer en forma estrepitosa esa estantería que edificó en la primera mitad. Ahí apareció Almagro, con Dos Santos, con el brasileño Da Silva y la jerarquía del propio Cayetá, colmaron de problemas a un Talleres muy confundido, desorientado, que se sostuvo en la solvencia de Brasca, para tapar tres envíos con destino de red, y en la fortaleza de Lussenhoff para pelear, para meter y para tratar de mantener en pie a un equipo que se venía abajo y era superado por un rival totalmente agrandado.

Zermatten perdió el contacto con el balón, Wilches apareció menos en los segundos 45 minutos y Salmerón quedó a merced de Lobos y Meloño, los grandotes de la defensa tricolor. Así el partido quedó al límite. Talleres pudo perder de no haber sido por su arquero y por el «Colorado», pero tuvo la virtud de ir a buscar hasta el final, con poco fútbol, es cierto, pero con un orgullo descomunal.

Por eso la victoria le sonrió al final al elenco albiazul, por el segundo cabezazo de Stang (con falta incluida) y porque se terminó llevando aquella chica que lo sedujo en aquel primer tiempo donde Talleres fue mejor, y que en algún momento amagó con irse con el más feo de la noche.

Ganó Talleres, porque lo buscó con el corazón cuando había claudicado el fútbol de sus mejores hombres.

TALLERES 3 / ALMAGRO 2

Talleres: Brasca; Stang, Lussenhoff, Báez, Galíndez; Basualdo, Zermatten, Quiroga, Wilchez; Cobelli y Salmerón. DT: H. Grondona.

Almagro: Caviglia; Eduardo Farías, Gabriel Lobos, Meloño, Lamolla; Carlos Farías, Hernán Pérez, Pablo Mannara, Da Silva; Cayetá y Dos Santos. DT: H. Cirrincione.

Goles: PT 31m. Stang (T), 37m. Salmerón (T) y 40m. Pérez (A). ST 7m. Cayetá (A) y 50m. Stang (T).

Cambios: ST 4m. Buffarini por Galíndez (T), 30m. Moreyra Aldana por Basualdo (T), 44m. Berzuck por Da Silva (A), 49m. Klusener por Cayetá (A) y 51m. Azcurra por Wilchez (T).

Amonestados: En Talleres: Quiroga y Lussenhoff. En Almagro: Eduardo Farías, Lobos, Meloño, Da Silva, Lamolla.

Expulsados: ST 6m. Cobelli (T) y 29m. Dos Santos (A).

Arbitro: Mauro Giannini. Cancha: Talleres.